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Santo Domingo 21 de mayo 2020
Las circunstancias exigen un Gobierno de Integración Nacional.
Voy a empezar este escrito con una anécdota real. Una anécdota de pueblo, con protagonistas aún vivos, mismos que me pueden desmentir. Su contenido sacará muy probablemente una carcajada o por lo menos una sonrisa y un segundo de reflexión o análisis sobre una conducta que se suponía racional.
Coincidí hace más de quince años en la embajada de España, con una persona a quien identifiqué regionalmente por la forma de hablar, por su acento o vocalización, pues la sazón del habla y la fuerza de la pronunciación, me hizo intuir que provenía de la provincia de Bahoruco (Neyba). Como soy de la región le expresé: “Usted es de Villa Jaragua, ¿verdad? y me contestó que no, que él era de los Ríos, un pueblo muy cercano a Neyba en la misma provincia.
Le pregunté si conocía a una persona que había estudiado conmigo, que era de ese pueblo y me contestó con una afirmación: “al que le dieron el palo cuando venia del lago? “No creo respondí “ y le agregué … uno blanco, “Jabao”, muy chistoso y muy inteligente…que se graduó de bachiller a los quince años.
Contesto: “Sí ese mismo que estudio magisterio.
Bueno…,ya eran muchas coincidencias.
Continuó: “ A ese le decimos allá ( … ) y le dieron cuando era muchacho un palo.
¡Y…, por qué pregunte? “Él y un amigo eran inseparables, andaban para arriba y para abajo juntos; un día, venían del lago y como ese muchacho era muy bromista le dijo al compañero, “que si alguien que viniera de la capital le regaba un millón de pesos, en ese momento, él a su amigo sólo le regalaría un centavo.
El otro le dijo que no, que eso no es justo, que a él le correspondía la mitad y eso él tenía que darle.
“Pues…, no. Usted puede estar seguro que, si eso sucede, yo a usted, le regalo un sólo chele”. Y se enfrascaron en una discusión por la justa distribución. Uno exigiendo la mitad del imaginario millón, el otro afirmando le daría sólo un centavo.
Hasta que, frente a la terquedad del oferente, el muchacho ya indignado por tanta injusticia, tomó el primer garrote que encontró y lo asestó en la cabeza de su” inseparable amigo” dejándolo casi por muerto.
A casi todos le extrañó el hecho, no era posible que estos, que se llevaban tan bien terminaran así.
Cuando se le pregunto por qué lo había hecho, dijo que su amigo era un abusador, pues de un millón de pesos quería darle sólo un centavo.
Aunque empiezo con algo hoy jocoso, pero que en su época fue cuasi trágico; la intención de este escrito es muy seria.
Entendemos que la necesidad y el interés de todos, o sea, la Nación en conjunto, debe primar en este tiempo.
No tengo que externar en cuales circunstancias nos encontramos. No tengo que decir lo que esta pandemia le ha costado al mundo, pero, es ahora de interés, lo que le ha costado a nuestro país.
Frente a esta realidad y con ánimo de ser preciso proponemos lo siguiente:
Tomando en consideración que hoy el presidente de la República tiene en sus manos un arma política, de lo cual ya ha usado en parte y que si quisiera usarla en su totalidad, sin miramientos o principios morales o éticos; permanecería en su posición quien sabe hasta cuándo.
Tomando en consideración lo expuesto anteriormente, usted podría preguntarse: ¿y a qué costo? A sacrificio de la paz y la economía, guillotinar la democracia permitiendo que las arenas movedizas o los pantanos cenagosos, terminen de tragarnos, solo por aplicar el “ yo” o que entre el mar.
Tal vez, sólo por eso, o tal vez por preservarse social y ´políticamente frente a amenazas reiteradas de que le espera el infierno una vez que salgan del poder.
¡Rostros vemos, más corazones no sabemos! Política es política y el poder como el anillo aquel, tiene una maléfica influencia sobre quienes lo poseen o detenta. Y en “legítima defensa hasta el homicidio es justificado”.
Pero…, en favor de ellos tome en consideración que la Constitución es clara y expresa, que sin necesidad de interpretación señala qué pasaría, si no se pudieren elegir a los sustitutos de los actuales incumbentes de órganos constitucionales;
pero si pretenden no saberlo, le invito a leer los artículos 265 y 275 de la Constitución. El primero, para los tiempos de excepción como el que ahora vivimos y el segundo para la cotidianidad del ejercicio político.
Independientemente de las artimañas, si eso llegara a suceder, no me salga usted con el argumentando que si eso sucede habrá sangre y fuego. Le recuerdo que la solución es constitucional al margen de lo moral o lo ético del juego político.
Además, tendrán el argumento cierto de la complicación por el aumento exponencial del contagio después de esta apertura, por cuya razón las medidas de excepción tendrán que prolongarse más allá de agosto.
En medio de esta crisis sin precedentes, el presidente de la JCE electoral anunció hace unos días, que el costo de estas elecciones ronda los 1800 millones de pesos adicionales, (adicionales, oigan bien).
Se proyectó originalmente, sin contar con la suspensión de las de febrero y su realización en marzo, de unos ocho mil y tantos millones.
Las guerras de encuestas han situado a Luis sobre los 50% a Gonzalo rondando el 30% y a Leonel por debajo del 20%. Ajuste usted los números según crea la realidad.
Aunque hoy Luis con la circunferencia de cristal de las encuestas ronde sobre los 50%. En estas circunstancias nadie, absolutamente nadie, humanamente hablando puede asegurar que así se manifestará en los votos. Estamos en un barril de pólvora que el miedo a que explote, puede que no encuentre quien lo cargue.
En pocas palabras: la presidencia de la República a futuro, está en las mismas condiciones que el millón de pesos del cual ya le conté al inicio. Nadie tiene nada, sólo ilusiones y proyecciones que pueden cambiar hasta los últimos días.
Ejemplos nos sobran: dentro del PLD, Leonel lucía imbatibles y los resultados lo tenemos al margen de cualquier variable extraña.
Hasta que Leonel decidió salir del PLD, nadie con sano juicio podía imaginar que una maquinaria como el PLD, podía tener posibilidades muy reales de perder frente a un incipiente partido como el PRM.
Rafael Abinader, el padre de Luis ganó la Senaduría de Santiago, por una variable extraña; la muerte de Peña Gomez. Hasta antes de eso era imposible imaginar que
Rafael Abinader ganaría esa senaduría.
Cuando Fujimori ganó en el Perú, era un desconocido que se presentó sobre un tractor con una oferta diferente de último minuto.
¿Quién se atrevía a decir que Barack Obama, negro y poco conocido seria el Presidente del país más poderoso del mundo, arrebatando en las Primarias Demócratas una victoria casi segura a Hilary Clinton o que Donald Trump podría ganarle a esta última la presidencia en parecida circunstancia de certidumbre?
La política es como una combinación química, una sola gota de más o de menos, cambia el sabor y cambia la composición del asunto.
Recuerden esta fórmula H2O, es agua, que es vida. Ahora recuerden esta H2O2 sigue siendo agua, pero oxigenada que consumida como la primera es muerte segura.
Sólo se agregó un átomo más de un gas que es vida, como es el oxígeno. Son los misterios de la vida, son los misterios de la política.
Finalmente, edificado ya como estamos; qué es lo que propongo.
Es simple. Tres encuestadoras con credibilidad internacional realicen una encuesta para proyectar los posicionamientos reales de las distintas organizaciones políticas de la República Dominicana. Quien obtenga la mayoría diferenciada de votos con un margen mayor del 10% de su más próximo, sería el encargado del Poder Ejecutivo, por supuesto, con su vicepresidente y con todo lo que eso conlleva.
Conforme al porcentaje obtenido por los demás, se le dará participación en el gobierno.
Una mesa de negociación repartirá las direcciones sabiendo que, aunque el privilegio no es exclusivo, habrán puestos claves reservados para el Presidente. Hacienda. Industria y Comercio, Obras Públicas, Salud Pública, Fuerzas armadas y Policía.
Eso se discutiría todo hasta alcanzar el porcentaje proyectado. El restante recibirá igual tratamiento para que lo ejerzan sus organizaciones y sus militancias
A los demás ministerio y Direcciones generales irían los dirigentes aptos o ciudadanos apolíticos no partidistas.
Mismo tratamiento de encuestas para las elecciones congresuales. En la elección de diputados y senadores. El que salga delantero en la provincia seria el Senador y las diputaciones serán asignadas conforme al porcentaje proyectado como se hace con los votos obtenidos.
Cabe ahora una pregunta:
¿Es constitucional la propuesta? A simple vista no lo parece; pero bajo la lupa de las circunstancias en el camino se legitimaría.
Basta que puestos de acuerdo, se haga una modificación constitucional para introducir un transitorio por las circunstancias actuales y con ese único propósito. Y por fin, tendremos un gobierno de integración nacional; que si no funciona tendremos la oportunidad de retornar al sistema tradicional 4 años más tarde.
En estas coyuntura el Presidente de la República se le vetaría la posibilidad de despedir o designar a esos funcionarios “electos de esa forma, pero por faltas graves o incompetencias pudiera hacerlo el congreso, como puede suceder en la actualidad.
Por lo de la modificación para este propósito, no me diga que estoy loco, pues en otras oportunidades se ha modificado para propósitos menos nobles como es permitir una reelección presidencial. Hoy lo que está en juego es el país quizás hasta la Nación
Sería una especie de ensayo y error que permitiría que cada cual demuestre lo bien que lo puede hacer en la tarea que se le ha asignado. Recordando que los tribunales permanecerán independientes después de ciertos ajustes, para recibir aquellos que crean que el certificado que se le entregará es una patente de corso para robos y vagabunderías.
Recuerden no estamos en tiempos normales, estamos en tiempos excepcionales nunca vistos, por lo tanto, la solución ha de ser una nunca vista. Frente a preguntas distintas respuestas distintas.
Para que esta idea pueda ser vista con buenos ojos y como factible, todos los candidatos deben verse como virtuales perdedores; porque si por un momento se ven como ganadores, creerán que ya son propietarios y que ellos están dando algo o que se lo están quitando. Como el millón aquel, vuelvo a recordarles.
Hoy pido a los políticos que contienden, que pidan a Dios lo mismo que pidió Salomón cuando llegó al trono. Recogido en 1 de Reyes 3:9 “ Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?
Si no saben cómo repartir, le invito a dar un paseo sapiencial por la palabra. Se estacionen en Números 26 versículos del 52 al 56 que le cito íntegros: 52 El Señor habló con Moisés, y le dijo:53 «La tierra se repartirá entre estos hombres, según los nombres censados. 54 A los que sean más, les darás una propiedad mayor; a los que sean menos, les darás una propiedad menor. Cada uno recibirá su propiedad según el número de hombres censados. 55 Pero la tierra se repartirá por sorteo, y la recibirán en propiedad según los nombres de las tribus de sus padres. 56 Según les toque en suerte, la tierra se repartirá entre los que sean más y los que sean menos.»
Repito: debes verte como perdedor, porque si te crees ganador se te infla el ego y a lo mejor resultas el gran perjudicado por vía contraria.
“En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira” Quien tenga oídos…
Hasta la próxima.
Darío Nin