No he pedido posponer elecciones, he pedido sustituirlas por una modalidad más efectiva y democrática conforme a las circunstancias actuales.

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Santo Domingo, 18 de junio 2020.-
Por Dario Nin

No he pedido posponer las elecciones. He propuesto una nueva modalidad ante la inseguridad de estos tiempos tanto en el plano de la salud del pueblo como en el de la enorme desventaja de la oposición.
He pedido que, dada las dos situaciones reinantes, no hay igualdad; por lo tanto, en un país en donde no hay fidelidad a los principios por parte de la gran mayoría y la mayoría de los votos se consiguen traficando con la miseria humana, nadie tiene garantizado nada de forma absoluta.

Lo que hoy parece, mañana podría no resultar; porque un voto en circunstancia de vulnerabilidad puede ser inducido a traicionarse asi mismo cuando el patrón de medida es su necesidad.
Propugno para que se modifique la Constitución, para evitar caer en un vacío que sólo aprovechará al actual incumbente del Poder Ejecutivo-

Doy crédito al resultado de las encuestas. Estas son un retrato de la realidad. Cuando son hechas con la seriedad y la rigurosidad necesaria son más expresivas que las propias elecciones; sobre todo, cuando se apunta a una gran abstención y a una alta tasa de manipulación de la intención del voto por la situación de miseria agravada en que vive la mayoría. Mismas cuyo voto inclina la balanza.

EL GOBIERNO, por el cual propugno, seleccionado mediante tres encuestas hechas por tres encuestadoras de prestigio mundial, (prestigio que no arriesgarían por complicidad con nadie), estaría integrado por todo el que tenga representación social.

Quien por cotejo imparcial y comparación de los resultados obtenga la mayoría de intención de votos, resultaría el Presidente de la República y a los demás se le reserva una cuota o una representación conforme a lo que socialmente representa según la proyección.

Ya he dicho que ministerios de primer orden tales como: Ministerio de Defensa, Salud, Educación, Obras Publica, Industria y Comercio, Minas, Agricultura, Administración Pública, pasarían bajo la dirección exclusiva del Presidente de la República, sin descartar otras conforme a la representación obtenida.

Mientras los demás participantes con representación, irían a otras dependencias, ejemplo Educación Superior, Mujer, Juventud, Medio Ambiente, Cultura, Turismo y otras dependencias.
Todos despecharan con el presidente quien seguirá siendo jefe de la administración pública, pero con la restricción para sustituir a los que sean designados conforme a la representación. Estos, si cometieren falta serian procesado conforme lo dispone la Constitución de la Republica en su artículo 83 , conforme a las atribuciones de la Cámara de Diputados y el 80 con relación a las atribuciones del Senado (o sea la Cámara de Diputados lo acusará y el Senado conocerá dicha acusación con las consecuencias allí establecidas).

Si esto se concretiza, resultaría el gobierno más democrático en toda la historia de la democracia a nivel universal.

La propuesta es insólita, sin parámetros. Eso es verdad, pero es perfectamente factible. El hecho de que nunca se ha visto o se haya hecho, no significa que no se pueda hacer y le aseguro, sería lo menos traumático en estas condiciones o circunstancias.

Todo esto, tiene un único inconveniente, la percepción errónea del oficialismo o de la oposición: El primero, de que el poder le pertenece y que lo retendrán. El segundo de que es un hecho no controvertido e irrefutable el que ganaran y ya el poder está en sus manos, por lo que permitir un gobierno en donde otras parcelas tengan representación es repartir lo que sólo a ellos les pertenece.

Yo lo único que me atrevo es a recordar la anécdota popular de “que tan bonito quería el diablo poner al hijo que le saco un ojo”. y estoy hablando para un lado y para el otro.
Hasta la próxima.
Dario Nin

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