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Por Emilia Santos Frías
02 de febrero 2021
Dado que nuestro comportamiento, la vida, la manejamos por hábitos, es preciso que abracemos consejos y acciones oportunas que nos permitan aceptar el fracaso y no rendirnos en alcanzar nuestras metas y sueños. Mientras fomentamos alianza entre quienes nos rodean, por aquello de que: “Si quiere cambiar al mundo, encuentra a alguien que te ayude a remar”. Es simple, en la vida necesitamos personas que nos apoyen en momentos difíciles, como los que vivimos hoy, pero también debemos hacer lo propio con el prójimo.
Partiendo de esto y de que “somos criaturas de hábito”, aunque crearlos y mantenerlos parece tarea difícil. Con disciplina y pequeñas acciones de sanos hábitos, que se convertirán en costumbre, cada día podemos hacer una mejor versión de nosotros mismos, para alcanzar el resultado buscado; para vivir con bienestar. El comportamiento puede guiarnos al éxito.
En el libro Tiende tu Cama y otros pequeños hábitos que cambiarán tu vida y el mundo, del militar estadounidense William H. McRaven, encontramos una guía eficaz para sobrellevar momentos difíciles, como los que atravesamos actualmente, y crear esas sanas costumbres de las que hablamos . En él, el autor lleva lo aprendido en el campo de batalla a la acción en su vida diaria.
Esta recomendada obra nos refiere además, quiénes deben inspirarnos: las personas disciplinadas, perseverantes y cargadas de honor. Esta joya nos motiva a alcanzar estándares ya vivir una vida organizada, aplicando en ella pasión por la limpieza y el orden en todo lo que hagamos, incluso, nos muestra cómo aprender y saber trabajar en equipo.
Es que, al realizar cada día actos simples y pequeños, pero asertivos, nos permitimos fortalecer nuestras vidas, la que vivimos de manera muy rápida y en ocasiones queriendo hacer el mínimo esfuerzo para alcanzar sueños y metas, verbigracia, la situación de la población NINI en República Dominicana; vulnerable, excluida, pero no deja de soñar. Sin embargo, tener sueños y no hacer ni el mínimo esfuerzo para alcanzarlos, no conduce a resultados excelentes!
Tiende tu Cama, nos exhorta ser constantes; crear acciones que materialicen nuestras metas y los objetivos que nos planteamos, aún hoy, en momentos de incertidumbre por el retroceso en la educación sistemática, doméstica o familiar; aumento del desempleo, enfermedades, embarazos en niñas y adolescentes; ansiedad por la delincuencia e inseguridad ciudadana; violencia, crisis sanitaria, económica y hasta comunicacional que atraviesa el mundo.
Stephen Guise, en Los Malos Hábitos Se Pueden Cambiar, indica que la constancia nos permite alcanzar hábitos fascinantes; esa guía neuronal en el cerebro, porque el fracaso y el éxito están determinados por lo que hacemos diariamente. Esta aseveración nos llena de alegría, ¡parece que hay esperanza en salvar a nuestra niñez y juventud erotizada, embebida en la checha diaria propia de esta década.
Es perentorio, ser una persona enfocada, orientada, con claros objetivos en la vida, y que sabe planificar cómo lograrlos. En el libro: El millonario de la puerta de al lado, de Thomas J. Stanley, aunque su tema principal es esencialmente la finanza personal y cómo optimizarla, nos presenta un ejemplo claro para alcanzar bienestar, utilizando el antiquísimo refrán: “al que madruga Dios le ayuda”, y siendo resilientes al dolor.
De igual forma, el escritor Tom Corley, en su libro “Hábitos ricos: Los hábitos diarios de éxito de los individuos ricos”, es reiterativo al indicar que al levantarnos temprano obtenemos grandes beneficios, de salud, laboral, finanzas…
También, es necesario que aprendamos a tomar riesgos, pero calculados; que continuemos educándonos, pues, más cultura, más conocimiento, es adquirir mayor riqueza. En ella también están las buenas relaciones que vamos creando con nuestros semejantes, con esas personas de pensamiento crítico con las que nos enlazamos. Valorémosla, ellas no pueden comprarse!
Debemos aprender a gestionar mejor y valorar el tiempo, éste, es más valioso que el dinero, dicen algunas personas eruditas. Asimismo, la autodisciplina y la constancia constituyen vías adecuadas.
Cambiemos hábitos, seamos personas de mente positiva; propongámonos metas cortas y alcanzables, para que terminemos convirtiéndonos en quien queremos ser. Sin olvidar dar gracias por todo lo alcanzado; cultivar la gratitud, plantearnos desafíos, y cuando transitemos dificultad, no albergar ira ni lastima. Tampoco, debilidad, si le hacemos mucho caso, caeremos en apatía.
¡Desarrollemos nuevas habilidades, el compromiso es con nosotros mismos, y él conlleva disciplina!
¡No te rindas, hacerlo es no alcanzar las metas. Vence la pereza, sin justificarnos, sin trucos o excusas vacías, eso es autoengaño, una calle directa al fracaso! Sigamos trabajando duro para alcanzar los objetivos, con energía y autodisciplina. Apartemos lo fácil, para abrazar la consistencia, que nos ayudará a mejorar nuestras vidas.
Hasta la próxima entrega.
La autora reside en Santo Domingo, Rep. Dom.
Es educadora, periodista, abogada y locutora.