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Por Emilia Paredes
Que feliz sería el ser humano si en vez de suponer lo que el “otro” hace, se cuestionara si solo le pasa al “otro” o al ser humano. Si está siendo justo en vez de juzgarle. Señalando sin saber, cuando muchas veces no esta ni cerca de que hay detrás de ese comportamiento o acción.
Lo peor de todo es, que nos hacemos una tormenta en nuestra cabeza y hasta nos enfadamos, adelantándonos a suponer.
En ocasiones nos hacemos daño, mientras el “otro” no tiene ni remota idea de lo que está pasando por nuestra cabeza y probablemente ni se da cuenta.
Muchas veces es la manera de como expresamos lo que sentimos, por ejemplo: el tono, la expresión de la cara incluso de nuestros gestos al hablar. Es solo aprender a expresarnos, de tal modo que el “otro” se sienta comprendido, más no agredido.
Es muy fácil culpar al “otro” en vez de asumir la responsabilidad de que hemos fallado, por el hecho de que entendemos o suponemos que estamos en lo correcto y no el “otro”.
Preguntarte cómo reaccionarías tú ante una suposición falsa? Lo harías en plan de defensa, verdad?
Una buena actitud en vez de suponer, es hacerle ver al “otro” lo que para ti ha hecho mal y luego expresarle como eso te ha hecho sentir, en caso de que la razón sea tuya.
Mejoraría mucho si en vez de hacernos un laberinto de suposiciones, le comunicamos al “otro” lo que notamos y le preguntamos si hay algún inconveniente, o algo en que le podamos ayudar o ser útil.
Cuando en vez de suponer empatizamos con el “otro” o nunca mejor dicho: “el ser humano”, estamos luchando por un mundo mejor, sin estrés y mejor calidad de vida.
Dan/Sfd