La falta de fe hunde nuestras empresas

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La falta de fe hunde nuestras empresas

Tres relatos bíblicos sobre un mismo hecho son recogidos en Mateo 14:22-33, Marco 6:45-52 y Juan 6:15 al 21.

Esos tres relatos tratan el hecho de que Jesús caminó sobre las aguas. Sin embargo, el relato de Mateo contiene un elemento que no lo recogen ninguno de los otros dos.

Mateo, hace énfasis en la situacion de Pedro y el pedimento que le hace a Cristo. Para que nos pongamos en contexto debemos reproducir lo que nos relata sobre este episodio.

“Jesús camina sobre las aguas” 22 Enseguida, Jesús hizo que sus discípulos entraran en la barca y que se adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. 23 Luego de despedir a la gente, subió al monte a orar aparte. Cuando llegó la noche, Jesús estaba allí solo. 24 La barca ya estaba a la mitad del lago, azotada por las olas, porque tenían el viento en contra. 25 Pero ya cerca del amanecer Jesús fue hacia ellos caminando sobre las aguas. 26 Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre las aguas, se asustaron y, llenos de miedo, gritaron: «¡Un fantasma!» 27 Pero enseguida Jesús les dijo: «¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!»
28 Pedro le dijo: «Señor, si eres tú, manda que yo vaya hacia ti sobre las aguas.» 29 Y él le dijo: «Ven.» Entonces Pedro salió de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. 30 Pero al sentir la fuerza del viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: «¡Señor, sálvame!» 31 Al momento, Jesús extendió la mano y, mientras lo sostenía, le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» 32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Entonces los que estaban en la barca se acercaron y lo adoraron, diciendo: «Verdaderamente, tú eres Hijo de Dios.»

A partir del versículo 28, toma sentido el título de que la falta de fe, sus inconstancias hunden nuestras empresas. La empresa de Pedro en ese momento era caminar sobre las aguas y lo empezó a hacer.

El mar de Galilea vuelve a ser escenario de los milagros de Jesús. Una tormenta más o sólo fuertes vientos, hacen probar la fe de sus discípulos, pero de uno en particular. La de Pedro.

Recordemos que Jesús se quedó en tierra mientras sus discípulos se marcharon por orden suya hacia la otra orilla del lago, o sea. a Betsaida (Mr. 6:45) o Cafarnaúm (Jn 6:17), lugares contiguos o cercanos.

Mientras iban al lugar del destino, Jesús se le apareció de forma inusual e inesperada, caminando, pero es en el lago que están, entonces la oración completa es “caminando sobre las aguas”. Un hecho de por si milagroso para “el hombre”, cuyos discípulos no acababan de entender que tambien es 100%100 Dios.

Pedro, dudando de que ese, o eso, que ven sobre las aguas es Jesús, a pesar de que él había informado directamente que era él, cuando expresó: «¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!» (Mt. 14:27).

No obstante, a esta afirmación, Pedro le responde: “«Señor, si eres tú, manda que yo vaya hacia ti sobre las aguas.» En seguida Jesús le complace y le dice: «Ven.»

Pedro, “emocionado” salió de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús… Aquí hay fe en el mandato de Jesus y él pudo caminar sobre las aguas, o sea hacer lo que humanamente es imposible. Lo logra por obedecer el mandando de Jesús. Sin embargo, un distractor generador de miedo, hace que pierda su perspectiva, su norte y deje caer la empresa que recién inicia.

Cuenta la palabra, que Pedro “al sentir la fuerza del viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse”. La fuerza del viento en principio la hubo también, pero como estaba conectado con Jesús sin distracción no lo sintió. Lo sintió momentos despues, en donde tal vez empezó a razonar humanamente. Por el razonamiento humano vino la duda y por la duda la amenaza del hundimiento y el consecuentemente pedido de auxilio a Jesus: «¡Señor, sálvame!

Y frente al llamado de auxilio el Señor responde: “Jesús extendió la mano y, mientras lo sostenía, le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?»”

Tu empresa la pusiste en manos de Jesús. Hiciste una oración, llamaste a los hermanos para que te apoyen al inicio y empezaste a caminar, pero vinieron los fuertes vientos y tuviste miedo olvidándote que en esa barca o muy cerca de ella esta Cristo Jesús. «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?»” Vuelve pide con fe y Jesús evitará tu hundimiento. ¡Claro si es su voluntad!
Dan

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