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EDITACIÓN DIARIA
El juez y el juicio
¡Qué consuelo tenemos al saber que nuestro Juez es también nuestro Salvador, que nos amó tanto como para morir por nosotros!
11 de marzo de 202
Cualquiera que haya estado en un tribunal conoce la atmósfera de autoridad y temor que rodea al juez cuando toma asiento. Un día, todo el mundo se enfrentará al Juez supremo: el Señor Jesucristo. Cuando nos acerquemos a Él, estaremos ante Aquel que es recto y justo. Él es imparcial y tomará decisiones con sabiduría y conocimiento pleno. Su estándar de justicia es la verdad, no la opinión.
El Señor Jesucristo, a quien su Padre celestial le dio esta tarea, es perfecto para hacer dicho trabajo: puede compadecerse de nuestras debilidades y entender nuestras tentaciones, porque Él también sufrió y fue tentado, pero nunca pecó (He 4.15).
Las Sagradas Escrituras enseñan que, aunque los creyentes no seremos condenados el día del juicio, cada uno de nosotros comparecerá ante Cristo para dar cuenta de nuestra vida (Ro 14.10-12). Su propósito no es castigar sino evaluar y recompensar nuestras buenas obras.
¡Qué consuelo tenemos al saber que nuestro Juez es también nuestro Salvador, que nos amó tanto como para morir por nosotros! Cristo está de nuestro lado, no contra nosotros. Que esta comprensión nos motive a amar y vivir para Aquel que nos ha librado del temor al castigo (1 Jn 4.16-18).
Tomado de :https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
DAN/sFd
Juan 5:22-24
Reina-Valera 1960
22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.