El poder de Dios está disponible para quienes confiesan su debilidad e insuficiencia.

27 de mayo de 2022

2 Corintios 1.8-11

Es fácil suponer que los problemas en los días bíblicos no se parecían a los nuestros. Entonces, ¿qué puede enseñarnos un misionero del siglo I sobre la adversidad que enfrentamos?

Aunque el mundo de los tiempos de Pablo era muy diferente al nuestro, algunas cosas eran iguales, como la tentación, los problemas y el pecado. Satanás era una amenaza entonces como lo es hoy. Por tanto, cuando el apóstol escribió que estaba abrumado más allá de sus fuerzas, tenía experiencias para respaldar sus palabras.

Aunque Pablo temió no “salir con vida” (2 Co 1.8 LBLA), creía que Dios lo sustentaría en momentos difíciles. Como enseñó Cristo, el poder divino podía vencer las tribulaciones mundanas (Jn 16.33). Eso no quiere decir que los creyentes estamos exentos de tristezas y dolores, pero sabemos que el Señor suplirá nuestras necesidades en cada angustia y prueba (Fil 4.19). Nuestra fe se fortalece cuando confiamos en Él en los tiempos de aflicción.

El poder de Dios está disponible para quienes confiesan su debilidad e insuficiencia. A veces, a un alma atribulada solo le queda suficiente energía para admitir: “Padre, no puedo más. Solo Tú puedes hacer la obra”. Lo cual está bien, porque con esta mentalidad nos entregamos a Dios. Y mientras esperamos, estamos en posición para ver cómo Dios cumple su promesa. 

Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios

Dan/ Sfd