En audio
|
Cómo evitar las decisiones insensatas
¿Identifica decisiones que haya tomado en momentos de debilidad o impaciencia que tuvieron malas consecuencias?
2 de junio de 2022
La mayoría de las personas no se proponen sabotear su futuro, aunque pueden hacerlo sin darse cuenta, debido a su propia ignorancia, rebeldía o desprecio por Dios y su Palabra. La vida puede descarrilarse por tontos errores de juicio, y las consecuencias futuras pueden ser desastrosas.
Como cristianos, tenemos la Palabra de Dios y su Espíritu para protegernos y guiarnos, pero eso no nos hace inmunes a tomar malas decisiones, sobre todo en los momentos de debilidad. Es más probable que tomemos decisiones imprudentes cuando estamos hambrientos, enojados, solos y cansados. Dejemos que estas condiciones nos indiquen que es hora de hacer una pausa y evaluar nuestra toma de decisiones.
La impaciencia y los deseos intensos también pueden llevarnos por el mal camino y cegarnos ante las posibles consecuencias. Por eso debemos aprender a tomar decisiones utilizando una perspectiva a largo plazo, en lugar de centrarnos en lo que está frente a nosotros.
Al contemplar su pasado, ¿identifica decisiones que haya tomado en momentos de debilidad o impaciencia que tuvieron malas consecuencias? Incluso cuando una necesidad parezca urgente, es mejor ir más despacio y considerar con mucho cuidado sus pasos para que pueda sentirse satisfecho en cuanto al camino que tenga por delante.
Fuente:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Dan/Sfd
12 Hay camino que al hombre le parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte.
13 Aun en la risa tendrá dolor el corazón;
Y el término de la alegría es congoja.
14 De sus caminos será hastiado el necio de corazón;
Pero el hombre de bien estará contento del suyo.
15 El simple todo lo cree;
Mas el avisado mira bien sus pasos.
16 El sabio teme y se aparta del mal;
Mas el insensato se muestra insolente y confiado.
17 El que fácilmente se enoja hará locuras;
Y el hombre perverso será aborrecido.
18 Los simples heredarán necedad;
Mas los prudentes se coronarán de sabidurí