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Cómo convertirnos en un pueblo generoso
Como seguidores de Cristo, debemos apoyar a la iglesia local ya los necesitados.
Dios es el dador supremo, y por gratitud debemos imitarlo. Cuando Él nos proporciona bienes y riqueza material, nos convertimos en canales a través de los cuales Él bendice a otros y lleva a cabo su obra en este mundo. Convertirse en una persona generosa comienza con la mentalidad bíblica:
- Recuerde la bondad y el amor de nuestro Padre celestial, que lo llevó a enviar a su Hijo a morir en nuestro lugar. Lo hizo para proporcionarnos la riqueza de la vida eterna.
- Reconozca que Dios es el dueño de todo lo que existe, y que todo lo que tenemos proviene de Él.
- Deje de aferrarse a la prosperidad material. Así que, comparta con generosidad y confíe en que el Señor proveerá para todas sus necesidades.
- Dese cuenta de que la Iglesia es un medio no solo para difundir el evangelio, sino también para ayudar a los necesitados y apoyar a los que sirven en la obra de Dios.
- Invierta su tiempo, talento y capital en el reino de Dios.
Como seguidores de Cristo, debemos apoyar a la iglesia local ya los necesitados. Al devolver con generosidad al Señor una porción de todo lo que nos ha dado, experimentaremos alegría genuina, paz y seguridad. Estas bendiciones tienen más valor que cualquier cosa que el mundo pueda ofrecer.
Fuente: https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
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24 Hay quienes reparten, y les es añadido más;
Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.
25 El alma generosa será prosperada;
Y el que saciare, él también será saciado.
26 Al que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá;
Pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende.
27 El que procura el bien buscará favor;
Mas al que busca el mal, este le vendrá.
28 El que confía en sus riquezas caerá;
Mas los justos reverdecerán como ramas.