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Para romper las cadenas
Todos somos cautivos de una cosa u otra.
3 de julio de 2022
Para sacarle el máximo provecho a este devocional, lea los pasajes a los que se hacen referencia.
La palabra cautivo evoca algunas imágenes muy específicas. Por lo general, incluye a una persona con grilletes o a alguien que es arrojado a una oscura prisión. Pero la verdad es que todos somos cautivos de una cosa u otra. Puede ser algo tan obvio como las drogas o la pornografía, que hacen mucho daño y nos impiden glorificar a Dios con nuestros cuerpos (1 Co 6.18-20). Pero hay miles de otras ataduras, muchas de ellas al parecer inofensivas, que nos alejan de la verdadera libertad que da el Señor Jesús. (Véase Lc 4.18).
Tal vez usted sea cautivo de los elogios y sufra cada vez que se siente ignorado. O puede ser que anhele el éxito y pase mucho tiempo esforzándose tras la riqueza o el poder. Sí, incluso cosas buenas como trabajar y relacionarnos con otros pueden mantenernos esclavizados si no tenemos cuidado. Sin embargo, Cristo vino a liberar a los cautivos —a todos nosotros.
PIENSE EN ESTO
- Piense en las situaciones de su vida en las que no es libre. Esto requerirá oración y meditación. (También puede utilizar un diario de notas si le sirve de ayuda). Descubra en qué aspectos está usted siendo coartado, y pídale a Dios que le ayude a deshacerse de esas ataduras.
- Tomado de;https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
- Dan/Sfd