En audio
MEDITACIÓN DIARIA

Cómo evitar los obstáculos que dificultan el orar

Una vida de oración sólida se logra al buscar conocer y agradar al Señor, no a nosotros mismos.

13 de julio de 2022

 

Salmo 28.1-9

El salmo de hoy recoge una de las oraciones del rey David. Revela cómo alabó al Señor, clamó por sus problemas y pidió a Dios que escuchara “la voz de [sus] ruegos” (v. 2) y no se desentendiera de él. Todos queremos orar de una manera eficaz, pero para ello debemos evitar ciertos obstáculos:

LA FE VACILANTE (Stg 1.5-8). Las dudas en cuanto a Dios o su fiabilidad disminuyen nuestra confianza en Él. En nuestra incertidumbre, es más probable que nos dejemos llevar por nuestros sentimientos en vez de basarnos en la verdad.

LOS MOTIVOS EQUIVOCADOS (Stg 4.3). Dios quiere que oremos pidiendo que se haga su voluntad, no para que se cumplan nuestros deseos egoístas.

LOS CONFLICTOS (1 P 3.7). No podemos esperar que el Señor responda a nuestras oraciones si no tratamos a los demás como Él dice que debemos hacerlo.

LA INDIFERENCIA HACIA LA PALABRA DE DIOS (Pr 28.9). Si no escuchamos al Señor ni obedecemos sus mandamientos, nuestras oraciones se convierten en abominación para Dios.

Una vida de oración sólida se logra al buscar conocer y agradar al Señor, no a nosotros mismos. Considere si necesita mejorar en alguno de los puntos anteriores. Luego, comience a adecuar a su vida las oraciones que lee en el libro de los Salmos o en otras partes de la Biblia.

 

Plegaria pidiendo ayuda, y alabanza por la respuesta

Salmo de David.

28 A ti clamaré, oh Jehová.

Roca mía, no te desentiendas de mí,

Para que no sea yo, dejándome tú,

Semejante a los que descienden al sepulcro.

Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti,

Cuando alzo mis manos hacia tu santo templo.

No me arrebates juntamente con los malos,

Y con los que hacen iniquidad,

Los cuales hablan paz con sus prójimos,

Pero la maldad está en su corazón.

Dales conforme a su obra, y conforme a la perversidad de sus hechos;

Dales su merecido conforme a la obra de sus manos.

Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová,

Ni a la obra de sus manos,

Él los derribará, y no los edificará.

Bendito sea Jehová,

Que oyó la voz de mis ruegos.

Jehová es mi fortaleza y mi escudo;

En él confió mi corazón, y fui ayudado,

Por lo que se gozó mi corazón,

Y con mi cántico le alabaré.

Jehová es la fortaleza de su pueblo,

Y el refugio salvador de su ungido.

Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad;

Y pastoréales y susténtales para siempre.

 

SHARE