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Dar el primer lugar al Señor Jesús
Debido a que Cristo era el centro de su vida, Pablo conoció el gozo en medio de las pruebas y recibió la fortaleza para enfrentar las dificultades.
13 de octubre de 2022
La prioridad de Pablo era conocer a Cristo. El apóstol habló de considerar todas las cosas como pérdida en comparación con su relación con el Señor, y recibió bendiciones espirituales que superaron todo lo que el mundo podía ofrecer.
Cuando buscamos a Cristo por medio de su Palabra, podemos esperar las siguientes bendiciones espirituales:
- UN ESPÍRITU SERENO. Cuando leemos y meditamos en la Palabra de Dios, Él restaura nuestras almas (Sal 19.7). Entonces, en lugar de sentir estrés, experimentaremos paz mental.
- UNA FE MÁS FUERTE. El estudio de la Biblia amplía nuestra visión de Dios y nos da una idea de sus deseos, caminos y voluntad. Cuanto más grande sea el Señor para nosotros, más confiaremos en Él.
- UN CORAZÓN PURIFICADO. La Palabra de Dios revela nuestros pecados para que podamos arrepentirnos (1 Jn 1.9).
- UNA MENTE RENOVADA. Al leer la Biblia y aplicar sus principios, nuestra mente es renovada para pensar bíblicamente en cuanto a Dios, nosotros mismos y el mundo.
Debido a que Cristo era el centro de su vida, Pablo conoció el gozo en medio de las pruebas y recibió la fortaleza para enfrentar las dificultades. Estas bendiciones son también nuestras cuando conocer al Señor Jesucristo es nuestro mayor objetivo.
7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, 11 si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.
12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. 15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. 16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.
Tomado de :https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios