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¿Qué es la vida llena del Espíritu?
Cuando el Espíritu Santo controla nuestra vida, Él es capaz de hacer a través de nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos.
Dios quiere que todos sus hijos sean llenos del Espíritu, pero muchos no están seguros de lo que eso significa. Si bien el Espíritu de Dios habita en cada creyente, la medida de su señorío está determinada por nuestra obediencia.
Trate de pensar en esto como la decisión voluntaria de rendirse al control del Espíritu Santo, ser sensible a su dirección y guía, obediente a sus impulsos, y dependiente de su poder. Quienes se han rendido a la dirección del Espíritu están siendo transformados a la semejanza de Cristo, pero el grado de sometimiento determina el nivel de transformación.
Aunque las buenas obras y el servicio fiel provienen del Espíritu, no son señales automáticas de que estamos rendidos a Él del todo. Recuerde que la entrega de la que estamos hablando involucra el carácter, no solo nuestras acciones. Servir de alguna manera puede ser, a veces, más fácil que amar a quienes no nos es fácil, o ser pacientes con las personas difíciles. Pero cuando el Espíritu Santo controla nuestra vida, Él es capaz de hacer a través de nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos.
Cada creyente decide quién gobernará su vida. Incluso aquellos que intentan evitar el asunto no tomando ninguna decisión, optan, sin saberlo, por gobernarse a sí mismos. La plenitud del Espíritu y el carácter piadoso aguardan a quienes eligen a Dios.
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Dan/Sfd
18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, 19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Someteos los unos a los otros
21 Someteos unos a otros en el temor de Dios.