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Demostraciones de una buena enseñanza
La enseñanza doctrinal sólida desafía no solo nuestro comportamiento sino también nuestras reacciones, motivos y maneras de pensar.
6 de diciembre de 2022
Toda iglesia necesita creyentes que estén dotados para enseñar. En su carta a Tito, el apóstol Pablo exhorta a los maestros a “[hablar] lo que está de acuerdo con la sana doctrina” (Tit 2.1). Cuando la Palabra de Dios es enseñada con precisión, las personas son transformadas por lo que escuchan, y se comportan debidamente.
Por eso es esencial que los pastores y los maestros sean guiados por el Espíritu Santo y la Palabra de Dios, no por sus propias ideas. El razonamiento humano puede parecer atractivo, pero no tiene el poder de transformar de manera permanente las vidas. Solo lo que enseña la Biblia puede hacerlo.
La enseñanza doctrinal sólida desafía no solo nuestro comportamiento sino también nuestras actitudes, motivos y mentalidad. Al absorber y aplicar con fidelidad la Biblia, aprendemos a rechazar la impiedad y los deseos pecaminosos, mientras que buscamos vivir con rectitud en este mundo de maldad (Ti 2.12).
Si usted asiste a una iglesia donde se enseña la verdad bíblica, puede haber momentos en que la cantidad de información presentada le parezca aburrida o abrumadora. Pero tenga en cuenta que el objetivo del maestro es presentar la verdad para que usted pueda vivir de la manera que le agrada al Señor. Así que demos gracias a Dios por procurar que recibamos una enseñanza sana.
Tomado de :https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Dan/Sfd
Enseñanza de la sana doctrina
2 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. 2 Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. 3 Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. 6 Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; 7 presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, 8 palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. 9 Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; 10 no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.
11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, 14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
15 Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.