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MEDITACIÓN DIARIA

¿Qué sucede después de la muerte?

Dios da la bienvenida a toda persona que viene a Él por medio de la fe en su Hijo.

15 de diciembre de 2022

Lucas 16.19-31

La muerte es inevitable, pero la mayoría de las personas piensan poco en eso hasta que ya es demasiado tarde. Ahora mismo es el momento de pensar en lo que sigue a nuestra existencia terrenal, mientras todavía tengamos la oportunidad de tomar una decisión que afectará nuestro destino final.

Esta vida no es todo lo que hay; la eternidad nos espera a todos. Algunos vivirán para siempre en la presencia de Dios, mientras que otros experimentarán el tormento eterno, separados de Él para siempre. Si recibimos a Cristo como Salvador, nuestra deuda por el pecado es pagada, somos adoptados en la familia de Dios, y el cielo es nuestro hogar eterno. Pero si nos negamos a creer la verdad y rechazamos a Cristo, permanecemos alejados de Dios, bajo condenación por nuestro pecado, y destinados a una agonía sin fin.

Algunos dicen que hay muchos caminos para llegar a Dios, pero no es así. Solo hay uno y es Jesucristo (Jn 14.6). Él es el único mediador entre la humanidad y el Dios santo (1 Ti 2.5).

Dios da la bienvenida a toda persona que viene a Él por medio de la fe en su Hijo, sea cual sea su pasado, su edad o su situación actual. Si se da cuenta de que es pecador y cree en que el Señor Jesús murió por usted, pídale que sea su Salvador. Entonces podrá estar seguro de que ha sido perdonado y que ahora y para siempre forma parte de la familia de Dios.

Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios

Dan/Sfd

El rico y Lázaro

19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30 Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.

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