En audio
|
Las maneras en que desobedecemos
Dios nos ha dado su Espíritu y su Palabra para guiarnos.
La salvación nos libra de la condenación eterna, pero seguimos luchando con el pecado. El diablo trata de engañarnos, el mundo busca atraparnos y nuestra naturaleza carnal anhela ser satisfecha. Felizmente, no estamos indefensos: Dios nos ha dado su Espíritu y su Palabra para guiarnos.
Aunque nuestra victoria contra el pecado no será completa en esta vida, podemos enfrentarlo al conocer y asemejarnos más a Cristo. Por ello, debemos estar conscientes de cuatro maneras en las que nos rebelamos contra Dios.
- DEJANDO DE OBEDECER SUS MANDATOS. Nuestra rebelión puede ser obvia, como robar o mentir. O secreta, como albergar un espíritu de amargura y resentimiento.
- BUSCANDO LO QUE DIOS PROHÍBE. Él ha declarado que ciertas acciones están prohibidas porque lo deshonran y tienen consecuencias devastadoras en nuestras vidas.
- HACIENDO LO QUE EL SEÑOR DICE, PERO DE UNA MANERA INCORRECTA. Dios evalúa no solo nuestras acciones, sino también nuestros motivos y actitudes.
- INSISTIENDO EN NUESTROS PROPIOS PLANES. Puesto que Jesucristo es nuestro Señor y Maestro, debemos someternos a su voluntad y esperar pacientemente su guía.
Por eso, en vez de justificar, excusar o ignorar nuestra rebeldía, reconozcámosla y arrepintámonos de nuestro pecado.
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Dan/Sfd
Tet
65 Bien has hecho con tu siervo,
Oh Jehová, conforme a tu palabra.
66 Enséñame buen sentido y sabiduría,
Porque tus mandamientos he creído.
67 Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba;
Mas ahora guardo tu palabra.
68 Bueno eres tú, y bienhechor;
Enséñame tus estatutos.
69 Contra mí forjaron mentira los soberbios,
Mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.
70 Se engrosó el corazón de ellos como sebo,
Mas yo en tu ley me he regocijado.
71 Bueno me es haber sido humillado,
Para que aprenda tus estatutos.
72 Mejor me es la ley de tu boca
Que millares de oro y plata