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MEDITACIÓN DIARIA

El mensaje del pesebre

Jesús, el Mesías, nació en el tiempo y el lugar profetizados.

24 de diciembre de 2022

Lucas 2.1-7

A veces es difícil verlo, pero Dios puede sacar algo bueno incluso de las circunstancias más desastrosas.

Antes del surgimiento de Roma, la potencia mundial predominante era Grecia, regida por Alejandro Magno. A medida que él conquistaba tierras, obligaba a los hombres subyugados a servir en su ejército y les hacía aprender griego. Al ser dados de baja, estos hombres se llevaban el nuevo idioma a sus tierras, haciendo del griego un lenguaje común en todas partes. Esto se convertiría en la manera perfecta de difundir el mensaje de Jesucristo unos siglos más tarde.

Luego, a medida que los romanos conquistaban territorios, pavimentaban rutas terrestres. Esto permitió a los primeros misioneros cristianos llevar el evangelio a diferentes lugares. Tal vez José y María recorrieron una de esas vías desde Nazaret a Belén. Pero, en cualquier caso, Dios convirtió un inconveniente —un censo obligatorio— en una bendición: Jesús, el Mesías, nació en el tiempo y el lugar profetizados.

Desde el momento en el Edén cuando se prometió la derrota de Satanás, hasta el instante en que Cristo lo cumplió en la cruz, el Padre sacó siempre lo bueno de las malas situaciones. De esta manera, cumplió su plan para salvar al mundo. Los romanos hicieron los caminos, pero Dios preparó el camino para el Salvador.

Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios

Dan/Sfd

Nacimiento de Jesús

(Mt. 1.18-25)

Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

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