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Ningún trabajo carece de importancia
¿Qué le está pidiendo Dios que haga, a lo que usted se está resistiendo?
30 de diciembre de 2022
A primera vista, los últimos versículos de Colosenses parecen tener poco impacto teológico. La mayoría de las personas que aparecen aquí, con la excepción de Lucas y Marcos, son poco familiares. Podríamos desestimar estos versículos, saltándolos para adentrarnos en la Primera epístola a los Tesalonicenses. Pero estos versículos transmiten el sutil mensaje de que ningún ministerio carece de importancia.
Por ejemplo, Tíquico, desempeñó un papel maravilloso: cada vez que aparece en la Biblia está haciendo diligencias para Pablo (Hch 20.4; Ef 6.21; 2 Ti 4.12). Gracias a este hombre, la epístola de Colosas viajó más de 2000 km hasta su destino, y luego pasó de iglesia en iglesia para ser leída y copiada. Sin el esmerado ayudante de Pablo, no tendríamos esta valiosa carta.
Tendemos a juzgar los tipos de servicio como importantes o no importantes. Con frecuencia el orgullo impide que veamos bien algún ministerio en particular. Queremos un trabajo grande e impresionante para demostrar a todos cuánto amamos a Dios. Pero lo que el Señor desea es justo lo contrario: Él quiere que nuestro amor nos motive a hacer cualquier cosa que Él nos pida, sin importar cuán inadvertido pueda parecer.
¿Qué le está pidiendo Dios que haga, a lo que usted se está resistiendo? Si hay algo, arrepiéntase de su orgullo, y humíllese para hacer todo lo que Él desea.
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Dan/Sfd
Salutaciones finales
7 Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor, 8 el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere, y conforte vuestros corazones, 9 con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os lo harán saber.
10 Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle; 11 y Jesús, llamado Justo; que son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Dios, y han sido para mí un consuelo. 12 Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere. 13 Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis. 14 Os saluda Lucas el médico amado, y Demas. 15 Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. 16 Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros. 17 Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.
18 La salutación de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén.