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Tenemos un Guía confiable
Se necesita sinceridad para reconocer que no estamos capacitados para ir solos por la vida.
En mi oficina hay una obra fotográfica que ilustra al Señor Jesús de pie, señalando hacia adelante mientras está detrás de un joven. La mano del Señor está sobre el hombro del adolescente, y me lo imagino diciendo: “Este es el camino que vamos a seguir. Te guiaré”. Aunque el camino estará marcado tanto con alegría como sufrimiento, el Señor nos dirige todo el tiempo hasta nuestro hogar eterno.
Se necesita sinceridad para reconocer que no estamos capacitados para ir solos por la vida. Con nuestras propias fuerzas, conocimiento limitado y razonamiento humano, no podemos estar seguros de que nuestras decisiones sean sabias. El Señor está dispuesto y puede guiarnos si se lo permitimos. Para estar en sintonía con Dios, obedezca su dirección, lea su Palabra y practique los preceptos bíblicos.
Para quienes seguimos al Señor, la eternidad en el cielo se encuentra más allá de nuestro último latido del corazón. Y es hacia allá donde nuestro Salvador nos está guiando. El camino puede no ser claro a nuestros ojos, pero el Señor Jesús nos está guiando hacia allá con una mano firme y segura. A nosotros nos corresponde seguirlo con obediencia para que, cuando lleguemos al cielo, escuchemos al Padre decir: ¡Bien hecho! (cf. Mt 25.21).
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Dan/Sfd
8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
10 Muchos dolores habrá para el impío;
Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.