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Correr el riesgo
¿Le gusta ir a lo seguro, o prefiere tomar riesgos?
6 de enero de 2023
¿Le gusta ir a lo seguro, o prefiere tomar riesgos? A muchos cristianos no les gusta arriesgarse porque el resultado es incierto y puede implicar pérdidas. Desde un punto de vista humano, eliminar el daño potencial tiene sentido. Pero para los cristianos, la incertidumbre forma parte del andar por fe. Hay momentos en los que la obediencia puede parecernos arriesgada, pero desde la perspectiva de Dios no existe el peligro, ya que Él lo controla todo y nunca deja de cumplir sus propósitos.
La Biblia habla de personas que obedecieron al Señor en situaciones impredecibles. Uno de ellos fue Ananías, un discípulo enviado por Dios para ministrar al recién convertido Saulo. Ananías arriesgó su vida al visitar a este notorio enemigo del cristianismo. También Saulo vivió en peligro después de su conversión, al predicar en obediencia el mismo evangelio al que antes se había opuesto. Al enfocarse en Dios, su carácter y sus promesas, estos dos hombres obedecieron a pesar de la incertidumbre, y fueron usados por el Señor en gran medida.
¿Dónde le está llamando Dios a confiar en Él? Recuerde que cada vez que se enfrente a un riesgo, es una oportunidad de experimentar la fidelidad del Señor.
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Conversión de Saulo
(Hch. 22.6-16; 26.12-18)
9 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. 3 Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; 4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 5 Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 6 Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. 7 Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. 8 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, 9 donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
10 Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. 11 Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, 12 y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. 13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; 14 y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. 15 El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; 16 porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. 17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. 18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado. 19 Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.
Saulo predica en Damasco
20 En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que este era el Hijo de Dios.
Dan/Sfd