La mejor ofrenda

Para sacarle el máximo provecho a este devocional, lea los pasajes a los que se hacen referencia.

El profeta Oseas pronunció un mensaje de condena a la nación de Israel en momentos de prosperidad. De hecho, los israelitas tenían tanto éxito y eran tan diligentes a la hora de ofrecer sacrificios a Dios, que empezaron a depender cada vez menos de Él. Eso fue lo que lo llevó a hablar por medio de Oseas: “Porque misericordia quiero, y no sacrificios, y conocimiento de Dios más que holocaustos” (Os 6.6).

Cristo repite esta frase más tarde entre los fariseos: “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Mt 9.13). Aunque los cristianos no ofrecemos sacrificios de animales al Señor, podemos llegar a pensar de manera parecida acerca de nuestras buenas obras, sólida teología y horas que pasamos en la iglesia. Cuando lo que Dios valora es la confianza y seguridad que tenemos en Él, más que cualquier otra cosa que podamos ofrecerle.

REFLEXIÓN

• ¿Suele usted “ofrecerle” (en particular) algo a Dios? Procure dejar eso de lado esta semana. ¿Cómo pudiera acercarse genuinamente a Él sin eso?

Biblia en un año: Génesis 26-28

Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios