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MEDITACIÓN DIARIA

Cómo convertirse en un pródigo

El deseo del hijo pródigo lo impulsó a pedir prematuramente su herencia y luego abandonar el hogar y todo lo que le habían enseñado.

23 de enero de 2023

Lucas 15.11-19

¿Cómo comenzó la vida del hijo pródigo? Tal vez quería liberarse de las restricciones que conlleva vivir bajo el techo de los padres. O tal vez quería dinero para satisfacer ciertos placeres. Cualquiera que sea el caso, el deseo del hijo pródigo lo impulsó a pedir prematuramente su herencia y luego abandonar el hogar y todo lo que le habían enseñado.

Un cristiano que se ha alejado de Dios puede seguir un camino parecido. Primero, comenzamos con el deseo de tener más posesiones materiales. Cuanto más tiempo dejamos que esa idea perdure, más fuerte será nuestro deseo de tenerlo, y al final encontraremos maneras de justificar lo que queremos. Entonces, basándonos en esa mentalidad, avanzamos hacia nuestras metas egocéntricas. Al igual que el hijo rebelde, podemos disfrutar los placeres del mundo por un tiempo, pero en última instancia, nos encontraremos careciendo de lo esencial: amor incondicional, seguridad y un propósito importante para vivir.

Debemos entender que en realidad nos enfrentamos a un enemigo activo, a un mundo que no valora a Dios y a nuestra propia tendencia a preferir el placer a la obediencia. Si queremos dejar de engañarnos, debemos hacer de la Palabra de Dios la base de lo que pensemos y decidamos (Ro 12.2).

Biblia en un año: Éxodo 22-24

Tomado de:https://sinfronterasdigital.com/wp-admin/post-new.php

Parábola del hijo pródigo

11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.

Dan/Sfd

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