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MEDITACIÓN DIARIA

La salvación: Una bendición continua

Nuestras vidas se transforman cuando tomamos la decisión de seguir la voz del Espíritu Santo.

16 de febrero de 2023

2 Pedro 1.1-11

Algunas personas piensan en la salvación como un punto único en el tiempo. Y es verdad que en el momento que una persona pone su confianza en el Señor Jesús, se convierte permanentemente en miembro de la familia de Dios. Pero limitar la definición a esa única decisión de fe ofrece una imagen incompleta.

La salvación tiene tres partes: 1) la justificación: el momento en que nuestros pecados son perdonados; 2) la santificación: el proceso de consagración al Señor; y 3) la glorificación: el momento en que somos transformados y hechos libres de pecado en la resurrección.

Quienes son justificados están siendo santificados y serán glorificados (Ro 8.29, 30). No podemos afirmar que somos salvos si la santificación no está teniendo lugar en nuestras vidas. El grado de santidad varía con cada persona, pero Dios ha prometido perfeccionar la buena obra que comenzó en nuestra vida (Fil 1.6).

Cristo es nuestro Dueño porque nos compró del pecado con su sangre. Y Romanos 10.9 dice que debemos confesarlo como Señor para ser salvos. La pregunta es si usted se está sometiendo a su proceso de santificación. ¿Ha cambiado su vida desde que confesó su fe en Cristo? ¿Está cooperando con el Espíritu Santo para que su vida refleje la imagen del Señor?

Biblia en un año: Números 23-25

Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios

 

Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra: Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.

Partícipes de la naturaleza divina

Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. 10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 11 Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo

Dan/Sfds

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