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MEDITACIÓN DIARIA

Confianza centrada en Cristo

Pasar tiempo en la Palabra de Dios y en oración profundiza nuestra confianza en el Señor.

18 de febrero de 2023

2 Corintios 3.1-6

¿Sabía usted que puede desarrollar su confianza en Dios? Esta crece cuanto más meditamos en su Palabra, sabemos quién es Él y nos acercamos al Señor en oración. Confiar en que Dios nos da:

  • CRECIMIENTO ESPIRITUAL. Confiar en Dios significa que buscamos su guía y su fortaleza en medio de nuestros problemas. A la vez, experimentamos la presencia, la ayuda y el poder del Espíritu Santo y, como resultado, el crecimiento espiritual. Por medio de la seguridad que tengamos en el Señor, lograremos mucho más de lo que imaginamos (Ef 3.20).
  • PAZ. Cuando nuestra seguridad descansa en Dios y demostramos estar convencidos de sus promesas, sentimos paz. Isaías 26.3 dice: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. No obstante, nuestra actitud calmada vacilará cuando mezclemos la confianza en Él con la confianza en nosotros mismos.
  • INFLUENCIA. Otros se darán cuenta cuando observen que Dios inspiró nuestra confianza. Cuando nos vean lograr algo inesperado, crecer espiritualmente o exhibir paz interior, querrán tener lo que tenemos. Entonces, es probable que podamos inspirarles a conocer al Salvador.

¿Revelan sus acciones confianza en Cristo? El Señor es digno de nuestra confianza (Ap 5.12).

Biblia en un año: Números 28-30

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Ministros del nuevo pacto

¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.

Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

Dan/Sfd

 

 

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