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EDITACIÓN DIARIA
Cómo capta Dios nuestra atención
Las interrupciones de la vida son oportunidades para confiar en el Señor y verlo en acción.
15 de marzo de 2023
Números 22.15-35
Un silbato llama nuestra atención, ¿no es así? Se usa para controlar el comportamiento rebelde, señalar el comienzo o el final de un evento o interrumpir una acción. ¿Ha pensado usted alguna vez que Dios tiene un “silbato”? No es uno que escuchamos, pero que es efectivo para llamar nuestra atención y redirigir nuestra vida.
En el pasaje de hoy, el Señor usó un asno como su “silbato” para redirigir a Balaam, pero el hombre no se dio cuenta de ello hasta que su animal habló. Aunque usted no escuchará a un burro que hable, Dios todavía tiene sus maneras de llamar su atención.
A veces usa un espíritu intranquilo o una vaga insatisfacción. Otras veces, puede ser un pasaje de la Biblia o el comentario de alguna persona. Los “silbatos” de Dios vienen en muchas maneras: enfermedades, reveses económicos, tragedias, desilusiones, pérdidas, dificultades o fracasos.
Cualquiera que sea la situación que el Señor utilice, debemos buscarlo con prontitud en oración. Él merece toda nuestra atención, pero muy a menudo nos preocupamos por nuestras circunstancias y no las reconocemos por lo que son. La próxima vez que el Señor frene su vida de alguna manera, deje que la situación le impulse a acudir a Él y a buscar su dirección.
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Números 22:15-35
Reina-Valera 1960
15 Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros; 16 los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí; 17 porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues, ahora, maldíceme a este pueblo. 18 Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande. 19 Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir Jehová. 20 Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga.
El ángel y el asna de Balaam
21 Así Balaam se levantó por la mañana, y enalbardó su asna y fue con los príncipes de Moab. 22 Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos. 23 Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino. 24 Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro. 25 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam; y él volvió a azotarla. 26 Y el ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en una angostura donde no había camino para apartarse ni a derecha ni a izquierda. 27 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo. 28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces? 29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría! 30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado hacerlo así contigo? Y él respondió: No.
31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. 32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí. 33 El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva. 34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, yo me volveré. 35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.
Dan/Sfd