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MEDITACIÓN DIARIA
Obedecer a Dios
Haga un hábito cotidiano el pasar tiempo con Dios en la Palabra, y así estará preparado para afrontar los inevitables retos de la vida.
17 de marzo de 2023
Daniel 1.1-8
La historia de Daniel muestra algunos elementos clave de la obediencia. El joven sabía que la ley de Dios tenía restricciones dietéticas que prohibían la comida que había sido ofrecida a los ídolos, pero ahora estaba en una tierra extranjera sin tales limitaciones. Cuando el rey Nabucodonosor ordenó que se le sirviera a Daniel comida de su mesa, surgió un dilema: ¿Era mejor obedecer al Señor y arriesgarse a enfadar al rey o desobedecer a Dios y complacer al gobernante?
El problema subyacente era la lealtad a Dios. Daniel podría haber justificado el incumplimiento del mandato divino convenciéndose a sí mismo de que era un servidor y que no tenía otra opción. En cambio, decidió no comer la comida del rey y buscó una solución que honrara al Señor y obedeciera su ley.
Hoy en día, muchas cosas que nuestro mundo considera aceptables están fuera de la voluntad de Dios para sus hijos. La lucha se reduce a que nuestro deseo como cristianos es obedecer al Señor, pero nuestra condición carnal quiere buscar el placer. No obstante, obedecer al Padre celestial es siempre la decisión correcta.
Para llegar a ser como Daniel, debemos aplicar siempre las Sagradas Escrituras a las decisiones que tomemos. Entonces, cuando surjan las dificultades, tendremos la valentía para obedecer los preceptos de Dios.
Biblia en un año: Jueces 13-15
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Daniel 1:1-8
Reina-Valera 1960
Daniel y sus compañeros en Babilonia
1 En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió. 2 Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios. 3 Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, 4 muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. 5 Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. 6 Entre estos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. 7 A estos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.
8 Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.
Dan/Sfd