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EDITACIÓN DIARIA
El compromiso de obedecer
Es fácil racionalizar las decisiones para satisfacernos a nosotros mismos o a los demás; no obstante, una decisión sabia siempre es la voluntad de Dios.
18 de marzo de 2023
Daniel 6.5-28
Todos tendremos momentos en los que se nos pedirá ir en contra de lo que Dios dice. Tal vez el jefe nos pida que seamos deshonestos o que un amigo o familiar nos presione para pecar. Decir que no podría causarnos algún rechazo o incluso el fin de una relación. Sin embargo, pecar quebrantaría los mandamientos de Dios y pondría en tela de juicio nuestro testimonio.
Daniel se encontró en esa situación cuando ciertos funcionarios le tendieron una trampa: un edicto que prohibía adorar “a cualquier dios o ser humano” que no fuera el rey Darío (Dn 6.7). Pero Daniel “entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén”, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes (Dn 6.10). Por su incumplimiento, fue arrojado al foso de los leones. A la mañana siguiente, Darío se sintió aliviado de que Daniel hubiera sido protegido, y decretó que todos sus súbditos debían “temer y honrar” al Dios de los judíos (Dn 6.26).
Nuestra responsabilidad es confiar y obedecer al Señor. La fidelidad de Daniel resultó en el favor del rey y en la honra de Dios; la obediencia de Cristo lo llevó a la cruz y a la glorificación; y la fe de Pablo resultó en problemas pero también en un servicio fructífero. Cuando obedecemos a Dios, puede que suframos consecuencias distintas, pero la obediencia siempre glorifica y agrada a nuestro Padre.
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Daniel 6:5-28
Reina-Valera 1960
5 Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.
6 Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron así: ¡Rey Darío, para siempre vive! 7 Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. 8 Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. 9 Firmó, pues, el rey Darío el edicto y la prohibición.
10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. 11 Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios. 12 Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que en el espacio de treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones? Respondió el rey diciendo: Verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. 13 Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición.
14 Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle. 15 Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado.
16 Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. 17 Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase. 18 Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.
19 El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. 20 Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? 21 Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. 22 Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. 23 Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios. 24 Y dio orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos.
25 Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. 26 De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin. 27 Él salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones.
28 Y este Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa.
Dan/Sfd