En audio
|
MEDITACIÓN DIARIA
La medida de nuestro amor
No obedecemos a Dios para demostrar nuestro amor; sin embargo, cuando lo amamos, queremos obedecerlo cada vez más.
28 de marzo de 2023
Juan 14.15-24
Es fácil decir que amamos a Dios, pero ¿estamos demostrando con nuestros hechos que lo amamos? El viejo adagio es cierto: las acciones hablan más fuerte que las palabras.
La medida de nuestro amor es la obediencia a los mandamientos y principios de Dios. De hecho, Cristo enfatizó este mismo punto tres veces en el pasaje bíblico de hoy (Jn 14.15, 21, 23). Este tampoco era un concepto nuevo para los discípulos. Habrían estado familiarizados con la conexión bíblica entre el amor y la obediencia (Neh 1.5; Dn 9.4). De hecho, Dios siempre ha enfatizado que la manera de mostrar nuestra devoción es haciendo lo que Él dice (Dt 8.11; 10.12; 13.3, 4).
El compromiso a medias puede parecer bastante bueno para otros, pero Dios conoce la diferencia. Un predicador podría predicar mil sermones y no amar al Señor. Y como creyentes, podemos levantar las manos en adoración, apoyar las misiones y decir las palabras correctas. Pero a menos que estemos siguiendo los mandamientos de la Palabra de Dios, lo más que le estamos mostrando al Señor es un afecto tibio. Las obras no prueban nada. Amar al Señor implica obedecerlo.
Por tanto, es sabio seguir las instrucciones de Dios a Josué, es decir, de meditar en las Sagradas Escrituras de día y de noche (Jos 1.8). La lectura diaria de la Biblia nos recuerda que obedecer es la única manera de ser fiel y amar al Padre.
Biblia en un año: 1 Samuel 15-16
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
Juan 14:15-24
Reina-Valera 1960
La promesa del Espíritu Santo
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. 19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. 20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. 22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? 23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.