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Por Jenny Matos.
Gotera constante en día de lluvia y mujer rencillosa, son semejantes. Proverbios 27:15.
Si hacemos un análisis o un paralelismo entre Proverbios 27:15 y 1 Pedro 3:7 determinaríamos que están muy distante, sin embargo, existe una línea fina donde rozan en proximidad. Salomón, el proverbista, pese a haber sido el hombre más mujeriego de las escrituras, precisamente eso fue que lo llevó a su desenfoque espiritual. Sin embargo Pedro, que era marido de una sola mujer, nos hace entender un poco diferente y es ahí, donde encontramos la punta del hilillo conductor para desmarañar por qué una mujer podría goterear la queja, que es cuando ella llegó a un límite y exige un cambio.
El hombre es hecho de barro, por lo que es natural que sea más rústicos, nosotras hechas del hombre. O sea, fuimos dos veces llevadas al horno. Ellos vasijas ordinarias y nosotras porcelana fina, es por eso que nuestro vaso es más frágil y fácil de partir.
Por favor esposos, si quieren que las mujeres nos mantengamos enteras y con la protestadora automática en off, por lo menos trátennos con ternura, ese es el botón donde nos apagamos. ¿Se entendió? Mas en un tiempo que ahora todo es un espíritu de Jezabel; pero si escarbamos profundamente, muchas veces descubriremos que no es nada de esto, debemos identificar cuando la mujer es gotera constante y cuándo es que el vaso está roto, porque cristal roto corta hasta en el aire.
Si una mujer es quebrada por el mal trato y luego pisada con el pie de la humillación tendrá puntilla en cada conversación, ya que ella llegó a su límite. Si una mujer está cortando con las palabras, quizás leacostumbraron a la comunicación perversa.¡Chicos, es hora de levantar los pies!
En ocasiones, hasta que no se rompa el vaso frágil de mujer y llegue al estado de quiebre, por donde se escape la “gotera constante quejumbrosa”, el corazón del marido no entenderá lo dolorosa que ha sido aquella situación que le afectó sus emociones y corazón,y ¡como de lo que sale del corazón habla la boca! Y solo así, es que el esposo entiende la fragilidad y vulnerabilidad que solemos tener las mujeres.
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer, como vaso más frágil, y como coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. 1 Pedro 3:7.
Muchas veces si la mujer es gotera constante, es sencillamente por el grifo de sus corazón está dañado; arregla lo que se corrió y de seguro se secaran esas humedades en sus palabras, que tanto te recuerda aquello que la lastimó.
Allí está la línea fina entre ambos versos, siendo la ternura lo que permitirá que se le hága honor a Proverbios 5:15 y entonces, quizás podamos reparar la vasija que usas para sacar del pozo, de donde debes beber tus aguas de la cisterna de la bendición, sin tener el ruido de una gotera constante que te suene en la cabeza todo el día.
Cuando vean correr el grifo y salir una gotera constante de una queja, pregúntenle a sus esposas donde les duele y si está en sus manos reparen los daños de rotura, ustedes son Sacerdotes de las casas, saben cómo ministrar sanidad, pues háganlo.
Por Jenny Matos.
Dan/Sfd