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Confiar en los recursos de Dios
Nuestro Dios misericordioso se complace en ayudarnos cuando se lo pedimos.
¿Se ha sentido derrotado en cuanto a su vida espiritual? El problema puede ser que está dependiendo de sus propios recursos y capacidades en vez de hacerlo de las inagotables riquezas de Dios que Él ha puesto a su disposición.
Con Dios, no tenemos que preocuparnos por quedarnos sin tiempo, energías, dinero o recursos. Él ha prometido equiparnos con todo lo necesario para el propósito al que hemos sido llamados. De hecho, somos herederos de grandes y gloriosas riquezas. Considere algunas de las generosas bendiciones de Dios:
ES HECHURA SUYA (Ef 2.10). Dios le salvó por su gracia y le está santificando de la misma manera. La obra transformadora y de capacitación es del Señor; el papel de usted solo consiste en cooperar y depender de Él.
TIENE ACCESO INMEDIATO A DIOS (He 4.16). La ayuda divina está a solo una oración de distancia.
TIENE AL ESPÍRITU SANTO MORANDO EN USTED (Ef 1.13, 14). Él no solo le guía y le ayuda a entender la Palabra de Dios, sino que también le dota de todo lo necesario para obedecer a Cristo.
Como seres humanos, estamos acostumbrados a tener recursos limitados, pero con Dios no es así. Cuando recordemos su provisión infinita y dependamos de ella, obtendremos descanso, paz y confianza en Cristo.
Biblia en un año: 1 Crónicas 13-15
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Salutación
1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso: 2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Bendiciones espirituales en Cristo
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.