En audio
|
Ante todo, seamos amables
El amor de Cristo se percibe mejor por medio de acciones que reflejan sus atributos.
19 de mayo de 2023
Piense en una ocasión en que alguien fue amable con usted. ¿Acaso no recuerda cada detalle de ese cálido momento? Del mismo modo, quienes le rodean recordarán cuando usted los trate de esa manera.
La amabilidad no debe ser algo que expresemos solo cuando nos apetezca. Es fruto del Espíritu Santo y debe ser una característica determinante de quiénes somos como hijos de Dios. Así como el Señor derrama su bondad sobre nosotros, Él espera que seamos amables al interactuar con los demás (Ro 2.4; Ef 4.32).
El apóstol Pablo nos dice: “Vestíos… de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia… Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto” (Col 3.12, 14). Observe cómo describe estos rasgos como una vestimenta: algo que podemos ponernos, algo en lo que podemos crecer.
La amabilidad puede no ser innata pero, gracias a Dios, puede aprenderse. Pídale al Espíritu Santo que le señale los momentos en los que alguien necesite recibir un gesto de aprecio. Y recuerde que eso no solo bendice a los demás, sino que también deleita a nuestro Padre celestial.
Biblia en un año: 2 Crónicas 26-28
Tomado de :https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Dan/Sfd