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Resumen de Josu Ahedo Ruiz

Para sinfronterasdigital.com Por Darío Nin

En el autor y su libro, presentamos de la autoría del Dr. Amitai Etzioni la obra “ La Tercera Vía hacia una buena sociedad” propuesta desde  el comunitarismo.

Por consideralo acertada y precisa tomamos las consideraciones externadas por el profesor Josu Ahedo Ruiz,  quien es Director del Máster en Educación Personalizada y del Máster en Orientación Educativa Familiar de UNIR y autor de varias publicaciones científicas sobre la educación personalizada, política familiar y educación de la voluntad.

El profesor Josu Ahedo Ruiz hace un resumen muy interesante de la obra de Amitai Etzioni al que introduce diciendo de él que es un conocido comunitarista, propulsor de la llamada nueva regla de oro, que defiende un equilibrio entre la autonomía que el ciudadano ha de gozar en toda sociedad y el orden que debe reinar en ésta.

Describe la obra en el sentido siguiente: “En este libro el autor condensa en un número breve de páginas todo un estudio sobre cómo ha de ser una buena sociedad al amparo de los presupuestos de la Tercera Vía.

El texto, que es un resumen certero, sucinto y completo del credo comunitarista, comienza diciendo que en toda sociedad hay tres elementos que la constituyen: la comunidad, el Estado y el mercado. La buena sociedad es aquella que logra un equilibrio entre estos tres elementos.

Combinar estos elementos en busca del equilibrio es un arte, pero a la hora de hacerlo se debe tener en cuenta el siguiente principio: “tratar a la gente como fin en sí misma”. Las relaciones que deben guiar la buena sociedad son relaciones “yo-tú”, es decir, de fines y no meramente relaciones de medios, que son las del tipo “yo-cosas”. Las relaciones de medios se dan en las relaciones comerciales o económicas del mercado. ¿Cuál es el ámbito donde se dan las relaciones de fines? La comunidad.

El fundamento de la sociedad -apunta Etzioni- es doble. Por un lado, las relaciones yo-tú que se dan propiamente en los lazos familiares; por otro, un conjunto de valores y significados sociales compartidos. Ambos aspectos son propios de cualquier comunidad. Entonces, si potenciamos directamente la comunidad estaremos mejorando la sociedad.

Las relaciones de la comunidad no son como las relaciones que se dan en el voluntariado, donde no se trata a todos como fin, sino que unos sólo dan y otros sólo reciben. Las relaciones que se dan entre los individuos de una comunidad se engloban dentro de lo que llamamos mutualismo que, a diferencia con el voluntariado, se basa en un compromiso moral no limitado de antemano. En opinión de Etzioni una buena sociedad se sustenta mejor en base a organizaciones de servicios mutuos (mutualismo) que mediante el voluntariado.

De este modo, dentro de la comunidad se da ese núcleo de valores compartidos, un conjunto de valores morales, que están cimentados sobre el principio “tratar a la gente como fin en sí misma”. Etzioni nos previene del peligro del legalismo. Para él la conciencia moral es anterior a la ley, y ésta sólo debe promulgarse si sirve para secundar un determinado valor moral.

Etzioni -de manera prudente- recuerda que cada uno de los elementos que constituyen la sociedad han de tener un límite, la comunidad, por consiguiente, también. De ahí que la determinación de lo que está bien o lo que está mal no puede descansar en exclusiva sobre la comunidad.

En toda comunidad hay derechos y responsabilidades. No se puede negar los derechos básicos a nadie, aunque su conducta no sea la esperada por el resto de la comunidad. Se debe rechazar todo tipo de exclusión social. Para establecer esas restricciones en la comunidad se pueden entablar diálogos morales públicos que son necesarios para generar cambios en las conductas personales y colectivas.

El Estado -según Etzioni- se debe encargar de la seguridad, de la salud, de garantizar el cuidado medioambiental y coordinar las acciones para su protección, y de mejorar la “certidumbre”, o sea, la celeridad en la detención del delincuente y en la posterior ejecución de la justicia.

Además, es tarea del Estado controlar el mercado, ya que un mercado sin control puede perjudicar las relaciones “yo-tú” hasta conseguir que las relaciones “yo-cosas” acaben dominando la comunidad.

Tanto el Estado como el mercado no deben de perder de vista el fin último de la sociedad que es cuidar de todos los ciudadanos como si se tratasen de un fin en sí mismo, por eso la labor más importante de la sociedad es potenciar la comunidad, porque es en ésta donde, realmente, se dan las relaciones de fines.

Se postula que la economía se ha de basar en el conocimiento y no en los bienes materiales. La ventaja está en que el conocimiento es un bien que se puede compartir y nunca se agota, en cambio los bienes materiales son proclives a consumirse.

Ahora bien, tratar a la gente como fin en sí misma equivale a establecer una semejanza entre todos y por tanto, se defiende una igualdad entre todos. La buena sociedad será aquella que arbitre medidas que eviten la progresión creciente de los niveles de desigualdad entre los ciudadanos.

Finalmente, como conclusión, Etzioni nos resume que para cambiar la cultura actual, en la que parece que los bienes materiales son los únicos fines que interesan, es necesario generar un diálogo en busca de una contracultura que quiera llegar a constituir la buena sociedad: una sociedad virtuosa.

Desde luego que la temática es actual y que en estos últimos años son varios los autores que enarbolan la bandera del cambio cultural. Que la solución está en buscar una cultura de fines y no de medios parece claro, pero no parece tan viable cuando todavía perviven los ideales de la cultura del “mercado”. Tras la lectura del libro se queda uno ponderando los caminos posibles hacia un futuro mejor. El texto indudablemente ayuda a la reflexión y tiene la frescura de lo nuevo y atrayente.

El autor, consumado experto en la materia, trata de mostrar que sus ideas tienen una base científica, y para ello acude a la experiencia con el fin de argumentar, con ejemplos reales, toda su postura. Se agradece la claridad y el orden en la exposición de las ideas que hablan muy a favor de la Tercera Vía.

El libro está muy bien traducido y editado y, sin duda, contribuirá a la reflexión política pública en los meses por venir. Josu Ahedo Ruiz

Dan/Sfd 23/05/23

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