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Dios bendice nuestra obediencia
Gracias a que Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros, podemos confiar en Él de todo corazón.
12 de junio de 2023
Hoy en día, al referirnos a la palabra sacrificio, pensamos en renunciar a nuestro tiempo o recursos; no en matar a un animal en un altar, ver cómo se derrama su sangre y oler cómo se quema su carne. Pero en el Antiguo Testamento, eso era lo que Dios exigía para la expiación de los pecados de los israelitas. El sacrificio proporcionaba una manera de purificar la mancha espiritual del pecado y restaurar la relación con Dios.
Uno pensaría que lo desagradable de los holocaustos habría hecho que las personas evitaran pecar. Pero los seres humanos siempre hemos sido débiles ante la tentación. Basta con mirar a Adán y Eva en Génesis 3. Dios creó un mundo perfecto, libre de pecado. Sin embargo, sabía que pecaríamos, por lo que nos dio una manera de volver a estar bien con Él, por medio de su Hijo. Por supuesto, nuestro Padre preferiría que no pecáramos, pero Él siempre nos perdona cuando nos presentamos ante Él con un “corazón contrito y humillado” (Sal 51.17).
En Juan 14, Cristo les dijo a sus discípulos: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Jn 14.15). Amemos a Dios y confiemos en Él lo suficiente como para obedecerlo, manteniendo puros nuestro corazón y nuestra conciencia, y una fuerte conexión con Él.
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
10 Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: 11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche. 12 Madrugó luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí se levantó un monumento, y dio la vuelta, y pasó adelante y descendió a Gilgal. 13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová. 14 Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos? 15 Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos. 16 Entonces dijo Samuel a Saúl: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y él le respondió: Di.
17 Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel? 18 Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes. 19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová? 20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. 21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal. 22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.
Dan/Sfd