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MEDITACIÓN DIARIA

Nuestros dones para el reino de Dios

Dios ha dado a cada creyente la capacidad de marcar la diferencia en el mundo.

26 de junio de 2023

1 Corintios 12.4-26

Sabemos que debemos servir a los demás, pero a veces no sabemos cómo. O tal vez sentimos que no tenemos las cualidades para impactar la vida de otra persona. Sin embargo, el Señor nos ha dotado a cada uno de maneras únicas, con un propósito en mente.

El pasaje de hoy explica esta idea utilizando el cuerpo humano como ilustración; cada persona tiene dones e inclinaciones que hacen que todo el sistema funcione bien. Cada parte es crucial, aunque algunas puedan ser menos perceptibles que otras. Pablo escribe: “Los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios… y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a estos vestimos más dignamente… pero Dios ordenó el cuerpo… [para] que todos los miembros se preocupen los unos por los otros” (1 Co 12.22, 23, 25).

Alguien que tomó muy en serio la vida en comunidad fue Pedro. En una carta, se identificó a sí mismo como “siervo y apóstol de Jesucristo” (2 P 1.1). Ya no era un hombre motivado por el interés propio. Tan pronto como siguió a Cristo, se convirtió en un siervo de Dios. Nosotros también estamos llamados a servir al Rey de reyes, con cualquier habilidad que se nos dé, ya sea enseñar, barrer o saber escuchar.

Biblia en un año: Salmos 79-84

Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios

Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a este es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a estos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.

Dan/Sfd

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