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La belleza del yugo
Las dificultades de esta vida son oportunidades para caminar cerca de nuestro Salvador y conocerlo mejor.
El Señor Jesús invita a todas las personas cargadas a venir a Él para descansar, pero a menudo malinterpretamos lo que Él nos pide. No podemos solo descargar nuestros problemas en el Señor y marcharnos sin ver cambios. Por medio de una ilustración agrícola, nos pide que nos unamos a Él en el “yugo” para que podamos caminar y trabajar juntos. En otras palabras, Él no quiere solo nuestras cargas; ¡nos quiere a nosotros!
El yugo de Cristo es un símbolo del discipulado, caracterizado por la sumisión y la obediencia a Él. El propósito de Dios no es simplemente quitar una prueba o aflicción pesada; anhela atraernos hacia Él por medio de una relación estrecha y de confianza. Recuerde que el “yugo es fácil” y la “carga ligera” cuando nuestro Salvador nos ayuda a llevarla (Mt 11.30). Por eso, quienes aceptan su ofrecimiento experimentarán una transformación asombrosa.
El proceso de compartir la carga comienza con aprender a conocer y entender al Señor. La carga no siempre es quitada, pero el peso de la aflicción se desplaza de nuestros hombros a los suyos. Puede ser que las presiones de la vida no disminuyan, pero si estamos íntimamente unidos a Cristo, nuestra alma estará libre de ansiedad y su paz reinará en nuestro corazón.
Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Dan /sfd