En audio
|

“Somos una familia” podría catalogarse sin lugar a dudas como la frase o una de las frases más utilizadas por las empresas para incentivar el sentimiento de unidad entre sus colaboradores.
Está claro que dentro de la “familia laboral” pueden existir acuerdos y desacuerdos con los cuales debemos aprender a lidiar, entender y hasta mediar. ¿Pero qué pasa cuando la familia no es problemática sino tóxica?
Cuando papá o mamá laboral no saca a relucir las mejores cualidades de sus “hijos” y les recuerda constantemente que, aunque los “ame mucho”, siempre serán (hijos adoptivos, no propios) y que dependen enteramente de ellos para sobrevivir. Cuando papá o mamá laboral quieren ver “crecer” a sus hijos pero no que sean más altos o más listos que ellos.
Cuando ese talentosísimo y aplicado “buen hijo” tiene que luchar por ganar la atención y reconocimiento de papá o mamá laboral, quienes han decidido que sus “hijos favoritos” serán aquellos “graciosos pero sin gracia” y este hijo tiene “gracia” pero no es gracioso.
Y ni hablar del bullying intrafamiliar de una familia laboral tóxica, cuando los “graciosos sin gracia” deciden reprimir a aquellos cuya “gracia” les aparte de ser el centro de atención, contradiga sus ideas o interfiera con sus planes.
Estos seres con tendencias narcisistas suelen camuflarse de personas altamente “empáticas y simpáticas”. Sus reales rostros suelen ser imperceptibles ante la mayoría pero detectables por aquellos cuya “gracia” les permite desarrollar un finísimo sentido de la intuición y una poca tolerancia a la falsedad.
De igual manera; estos seres con “gracia” pero que no son “graciosos” pueden aportar sin ser su intención toxicidad al ambiente laboral, debido a sus frustraciones personales y profesionales, sumado a un mal manejo o carencia de inteligencia emocional. (Me identifico y reconozco esta parte).
Ahora bien, ¿si hemos reconocido que de alguna manera estamos ante una familia laboral tóxica, de quién es la responsabilidad de cortar la toxicidad?
Pues de todos o de uno.
Si usted que me lee es directivo, le invito como papá o mamá de su equipo a hacer un ejercicio de análisis desde la cabeza hasta los pies, el cual le permita ver a todos sus “hijos” por igual, independientemente de su “orden de nacimiento” con el fin de buscar suplir las necesidades de reconocimiento de todos ellos y de esta manera incentivar la buena convivencia entre todos los miembros de su familia laboral. Este análisis no le excluye sino que le invita a reflexionar sobre las posibles actitudes que podría mejorar para ofrecer oportunidades reales que generen respeto y admiración por parte de sus colaboradores y devengan en actitudes y acciones proactivas, positivas y sobre todo productivas para su negocio.
Apliquemos la teoría a la práctica. Más que una “familia” seamos una familia sana.
https://www.linkedin.com/pulse/una-familia-laboral-disfuncional-dannerys-nin