Portrait very busy young businesswoman in formal suit with laptop talking on phone, looking at watch on white background. Being late, job, managment, meetings, working, profession
En audio

 

Una cosa es ser proactivo y otra muy distinta es vivir en estrés constante debido a un mal manejo de prioridades o de tiempo.

En ocasiones sucede que este mal manejo de prioridad o de tiempo no proviene de ti sino de otro que de ti necesita.

Si bien es cierto que se debe siempre mostrar una buena actitud y disposición de ayuda, en ocasiones se deben establecer ciertas condiciones al momento de asistir a los demás.

“No se puede tener más prisa que el que va de prisa”.

Si una persona no ha sabido gestionar correctamente su tiempo, no debería imponer prisas a los demás solo porque está atareado con sus particulares necesidades.

Suele suceder dentro del ambiente laboral que algunas personas con una incorrecta gestión de prioridades suelen requerir “favores” o imponer acciones de último minuto a sus colaboradores, lo que desestabiliza a su equipo, les estresa y les retrasa en el desempeño de sus habituales funciones.

Recuerdo en una ocasión que, por capricho de los dueños de la propiedad de uno de los hoteles para los cuales trabajé, se me requirió hacer una sesión fotográfica de bodas con modelos, decoración, fotógrafo y toda la logística que conllevaría este tipo de producciones en un período de 24 horas, porque el propietario “se iba el viernes y deseaba tener las fotos antes”.

Viendo el panorama, le expongo a mi entonces Director General lo acelerado de la solicitud y le requiero un día adicional, ya que era un tema casi imposible de realizar en el tiempo estipulado, a lo que me responde, lo sé, pero “hay que hacerlo”.

Ya se imaginarán los malabares que mi compañera de bodas y yo debimos realizar para cumplir con la retadora misión. Debo admitir que aunque esta experiencia me aportó un enorme aprendizaje y resiliencia, la verdad es que no era necesario acelerar una acción que bien pudo ser planificada mejor por mero capricho.

Hay que saber distinguir entre prioridad y necesidad, no todas las cosas requieren inmediatez; muchas veces entorpecemos el trabajo de los demás al pedirles que prioricen sobre sus prioridades aquellas acciones que en realidad pueden esperar.

También hay que saber decir que no cuando lo requerido interfiera con nuestro trabajo o tiempo, siempre que no sea una necesidad real. Parte del crecimiento profesional es adoptar la actitud adecuada y saber imponerse cuando sea necesario.

¿Qué piensas tú?

 

SHARE