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Policía, Cortesía y Autoridad
Por Dario Nin.
NY. 14 08 2023
Me nueve a preocupación la falta de autoridad que tiene la policía dominicana. Esta falta se operativiza en la cantidad de irrespetos, (agresión física o verbal que recibe) por parte de la población contra sus agentes.
El respeto a una autoridad, viene por temor a las consecuencias que se obtiene cuando no obedecemos su mandato; incluyo aquí el temor a la sanción social o la sanción moral.
El lema de la policía es ley y orden. Ley y orden que no es otra cosa que mantener el orden en la sociedad teniendo como fundamento los dictados de la ley. No sé si en su formación en academia le explican esto. Aunque oí que éste será sustituido.
Si el fundamento para generar respeto e imponer la ley se da en la convicción del administrado que el que administra a su vez respeta y cumple con la ley y que, la exigencia que le formula viene por mandato de esa ley y no por apreciaciones propias del agente, se genera respeto a la autoridad, ya que se asume como legítima. Pero esto debe saberlo o serle enseñado al uno y al otro.
Cuando una autoridad (quien la va a asumir) presta juramento a un cargo, este juramento contiene la sentencia moral y legal de “el cumplir y hacer cumplir”, o sea, que el ejemplo primero es dado por mi (cumplir) y si empieza por mí, entonces tengo la obligación y el derecho, la autoridad moral de imponerla a los demás.
Ese accionar genera la moral, comportamiento esperado y aceptado como válido por la sociedad en la que se vive y para la cual se sirve. Esa moral debe ser filtrada por la ética, pero, sobre todo, por la norma legal. No olvidemos que en una sociedad regida por la ley más que por la costumbre, lo moral (lo aceptado socialmente) puede ser truncado (cortado) de un momento a otro por lo legal.
Volviendo a la policía, se ha discutido muchas veces la posibilidad de desarmar la misma encontrando abanderados de esa posición pero encontrando también mayoría opositora, pués entienden que en una sociedad como la nuestra, desarmar al policía es hacerlo vulnerable , víctima de una sociedad irrespetuosa a la autoridad (policía) y que si algún respeto se le tiene hoy no es por la convicción de que es una autoridad representante del estado, sino por el temor de la agresión que viene por el uso de la fuerza que puede ser letal.
Hoy parece que, a la policía se le ha hecho consciente de que lo último que se usa es su arma letal, pero se le ha dado esta instrucción muy válida, sin haberlo preparado para que use otros instrumentos y más que objetos instrumentales, recurra a la persuasión proveniente de la razón, el respeto y el buen trato.
“La cortesía prolonga la vida” hago aquí acopio de una investigación que realizó una universidad “edificada en mi imaginación” que llamé UNSEC (Universidad Nacional del Sentido Común), que no inserto en este escrito para no hacerlo más largo y corra el riesgo de perder el puntual propósito de esta entrega, pero que le invito a buscarlo. Lo cito, para abordar que este elemento (la cortesía) que no quitará la valientía, es vital para el restablecimiento de la autoridad perdida, por parte de la Policía Nacional.
La policía debe ser instruida, preparada o formada en comunicación asertiva y en comunicación no violenta, que se traducen en comunicación efectiva.
No sé qué están haciendo en este aspecto los llamados a reformarla, pero esto es una tarea que no espera y debe iniciar “ayer”
Hace unos años, cuando el IDIH estaba en Pie, cuando no le habían derrumbado el rancho encima como escuche oír decir a uno de sus últimos directores, nos tocó la suerte de poner un granito de arena en la tarea de sobrevivencia de la policía, con el taller que cada viernes le impartíamos a un grupo de agentes que recibían instrucciones sobre el respeto a los derechos humanos y a la dignidad de las personas, y consecuentemente sobre el uso adecuado de la fuerza.
Hoy el IDIH no existe, y no sé si los programas han sido continuados por el Instituto Policial de Educación (IPE), lo que sé es que el taller ya no lo reciben desde el 2016. Hoy es necesario que los policías se gradúen de persona: “ser humano libre, inteligente, responsable que conozca su rol, lo desempeñe con el decoro y la autoridad necesarios en beneficio de su yo moral y ético y consecuentemente de la sociedad.
Un agente policial debe inspirar respeto independientemente de que esté resguardado por un arma de fuego, pues hoy la excepción esta haciendo uso indebido del arma en actuaciones legales, pero el no estar educado y preparado, lo esta haciendo víctima de abusos, irrespetos y malos tratos.
Aplaudimos la disminución drástica del uso letal de la fuerza, pero lo que no aplaudimos es que conjuntamente con esta no se le instruya y prepare en el uso de una comunicación no violenta, cortés, asertiva y por conjugación de todas, efectiva, como instrumento para restablecer la autoridad en gran parte perdida.
Ahora queda pendiente el análisis del por qué la policía ha perdido la autoridad y el respeto que debe dispensarle la población, pero eso será objeto de una próxima entrega.
Hasta la próxima.
Darío Nin.
NY. 14 08 2023