18 de agosto de 2023

Efesios 4.31, 32

Imaginese a un hombre encorvado ante una serie de envases con sustancias químicas, año una pizca de esto y una pizca de aquello al desagradable líquido verde que tiene ante sí. Está pensando en alguien que le hizo daño, recordando todas las humillaciones y heridas que le hizo sentir, y está preparando un veneno para desquitarse.

Terminado su trabajo, suspensión aliviado y toma el vaso en sus manos, maravillado de lo que ha creado. “ Esto le servirá de lección ”, dice el hombre, y luego se debe el amargo brebaje. Esto no es algo que una esperanza ver, desde luego. Sin embargo, es muy probable que haya hecho mismo en un momento u otro.

La amargura es un veneno que prepara para otra persona, pero que luego nos bebemos nosotros. Es algo que un menudo alimentarios y cultivos con mucho cuidado a lo largo de los años. Si alguien nos hiere — ya sea sea de manera intencional o no — y comenzamos a fantasear con mil y una formas de vengarnos, lo único que estamos haciendo es destruir nuestro corazón y nuestra mente. Felizmente, nuestra fe nos ofrece una manera mejor de vivir. En vez de alimentar el odio, podemos “ apartarnos del mal y hacer el bien; buscar la paz y seguirla ” ( cf. Sal 34.14).

Biblia en un año: Jeremías 31-32

Tomado de:https://www.encontacto.org/lea/devocionales-diarios