Como del Infierno al Paraíso. Comuna 13 Medellín

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Por Darío Nin

Cartagena de Indias 04 de septiembre 2023

La comuna 13, población enclavada en una pendiente del norte de Medellín, está muy lejos de ser “un paraíso”, pero recurriendo a la relatividad de las cosas le cae como anillo al dedo la expresión que encabeza la presente entrega. “Como del infierno al paraíso”

Si usted no había escuchado antes sobre esta comunidad, lo que estoy desarrollando en principio pudiera parecerle indiferente, pero cuando lo lea, si no le impacta habría que auto examinar la capacidad de asombro y nuestras posibles tendencias a no tener compasión, frente al dolor y al sufrimiento de los demás. A no ser empático

Empecemos con un breve relato de los que es la comuna 13; cómo se formó, que se vivió allí, hasta el precio pagado para tener la apariencia y ser la realidad que es hoy.

El surgimiento de la comuna 13 viene marcado por un cruel destino, conforme lo relatan los que han vivido la amarga experiencia. Como si el mito del número que representa se hubiese encarnado en la vida de los infelices de entonces.

__“Familia…,ahora nos dirigimos a la comuna 13. Antes quiero contarle algo de ese lugar, necesito me presten su atención por favor: Empieza a expresar nuestra guía: “aquí en esta parada del metro empieza la comuna 13”

Las palabras transcritas son expresadas por” Esperanza” (cambio el nombre para no exponerla), nuestra guía de autobús( y  del “grupo rojo compuestos por los que allí nos movilizamos), en todo el recorrido por Medellín y sus demás demarcaciones  desde nuestro arribo al aeropuerto José Maria Córdova. Tres autobuses llevan cientos y tantos de personas que componíamos el grupo general integrado por los miembros de la Sociedad Acción Multiempresarial (SAM) y sus invitados.

Suponemos que lo mismo habrán dicho las demás guías que se desplazaban en los dos restantes autobuses ( Los grupos Azules y Amarillos).

__ “Les cuentos familia, que las personas que residen aquí, vinieron como desplazados de muchas partes de Colombia huyéndole a la violencia que le imponían las guerrillas una vez se apoderaban de sus pueblos, poco a poco los que no podían pagar “la vacuna”, y pudieron hacerlo se escaparon de los terrenos ocupados por estas y se fueron instalando en las afueras del norte de Medellín, allí construían como podían sin permiso alguno, son los que llaman los invasores”.

Todo marchaba relativamente bien, hasta que la guerrilla también se apoderó de este lugar, y después de eso la violencia consecuentemente también se apoderó de éste. Teníamos un horario para entrar y salir, de lo contrario, no teníamos garantías de nuestras vidas, las niñas eran violadas, agredidas o muertas.

Todos los días aparecían niños o personas muertas con un cartel colgado al cuello que decía por “sapo” los que no pagaban “la vacuna” o los agredían o los mataban. Aquí no entraba la policía, era terreno de la guerrilla a ellos pegábamos los impuestos o “la vacuna” como ya les conté” vi morir a vecinos, amiguitos. y encontraba muerto a uno, a otro y a otro”

. Continuaba relatando la joven que aún así mantenía la serenidad en su narración, una sonrisa en los labios para el turista pero muy probablemente una cantera de dolor aun no superado en su interior, pues esa clase de vivencia difícilmente se borre con terapia o cuando se cambie la residencia o el ecosistema.

Esta narración la llevó a los inolvidables dias de la operación Orión; recordando con sentimientos encontrados al presidente Uribe y las actuaciones ordenadas en la comuna hoy barrio Independencia I y II. Tiene cuidado al mencionarlo pues su nombre puede ser música o puede ser ruido, unos los quieren otros los odian, todo depende de…

La operación Orión fue una intervención en esa tierra de nadie o de las guerrillas, que se llevó a efecto los dias 16 y 17 de octubre del 2002, con ella la “orden según lo especulado fue:  de que quien se mueva, o corra mátenlo. Por supuesto la operación fue sorpresiva, por lo que los guerrilleros, ni el pueblo sometido por estos no lo esperaban y cuando reaccionaron ya los militares y paramilitares estaba allí, y ellos (los guerrilleros) como una forma de protegerse se introducían en las casas de los vecinos, secuestraban y tomaban como rehén a cualquiera que pudieran y eso significaba la muerte de manos de ellos o de manos de los que llegaron. Nuestra guía nos narra que durante el operativo la madre le encerró en el baño de la casa. Piensen bien al imaginarse el baño en estas condiciones.

Hoy la Comuna 13 está enterrando el mito del número, la voluntad férrea de su gente sabiendo de donde vienen y lo que se podría lograr le han hecho firmar una especie de “contrato social” que la mayoría cumple a voluntad. Los motoristas que suben, al encontrarse con el tumulto de turistas que transitan las empinadas cuestas ya acondicionadas y hasta con seis tramos de escalera eléctrica saben esperar, parar y avanzar sin atropellamiento, sin insultos o desesperación.  Los jóvenes ceden su espacio en la cancha abandonado abruptamente la algarabía y las adrenalinas del juego, para ceder el espacio a la foto grupal de los turistas que le visitan.

Podríamos decir que en Comuna 13 hay una concienciación colectiva y hasta un “orgullo” manifiesto que grita esto es nuestro esfuerzo, cientos y cientos de turistas de muchas naciones desfilan por allí, hasta llegar a la cima de la cuesta tras escalar empinados escalones o rampas, con la atenuante de las escaleras que ya señalamos.

Arriba nos espera algo muy popular en Colombia la trova, que es una especie de “rap paisanal” pero en donde la gente va rimando los versos de forma alegre y jocosa.

 

Hoy Comuna 13 es mucho más que una comuna, es ejemplo a seguir e imitar, como dijo Pablo: yo no prendendo haberlo ya alcanzado  pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante prosigo a la meta…”

Comuna 13 con la dignidad humana rescata en gran medida, el apoyo decidido del gobierno y otros actores sociales, se ha levantado una comunidad laboriosa que vive de forma directa o indirecta del turismo y que no está dispuesta a dejar caer.

Los males sociales comunes a todo asentamiento humanos en situaciones parecidas siguen ahí, la sociedad organizada le busca solución dentro de las posibilidades y el esfuerzo para hacer que las cosas sucedan, pero a pesar de esto, cuando mides con la relatividad las cosas lo de la Comuna 13. es como pasar del infierno al paraíso.

Hasta la próxima.

Dan

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