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Por Dario Nin
27 de septiembre 2023
Velar por el fortalecimiento y la Calidad de la democracia es un derecho y un deber que se resumen en Control Social
El artículo setenta y cinco (75) de nuestra constitución enumera doce (12) deberes fundamentales que todo dominicano debe conocer.
El enunciado de dicho artículo es el siguiente, citamos: “Los derechos fundamentales reconocidos en esta Constitución determinan la existencia de un orden de responsabilidad jurídica y moral, que obliga la conducta del hombre y la mujer en sociedad. En consecuencia, se declaran como deberes fundamentales de las personas los siguientes:…
12) Velar por el fortalecimiento y la calidad de la democracia, el respeto del patrimonio público y el ejercicio transparente de la función pública.
Todos nuestros males como sociedad desaparecerían o por lo menos disminuirían de una forma astronómica, si tan solo cumpliéramos con este deber. Me atrevo a afirmar que, si cumpliéramos ese, los once anteriores quedarían cubiertos.
En dos entregas o escritos anteriores insto a mis conciudadanos a cumplir nuestros deberes fundamentales, hoy hago el enfoque solo en deber doce (12)
Este deber nos “obliga” a velar por el fortalecimiento y la calidad de la democracia, el respeto del patrimonio público y el ejercicio transparente de la función pública. Este deber nos invita a asumir el control social.
La palabra velar que se utiliza en el enunciado, significa, estar constante y permanentemente en conciencia, en observación de …. “Velar, en sentido propio, significa renunciar al sueño de la noche; se puede hacer para prolongar el trabajo o para evitar ser sorprendido por el enemigo” Traducido al contexto velar conlleva mantenerte vigilante y atento dispuesto a denunciar y/o a actuar por las vías que el propio sistema te ha abierto.
Cuando hablamos del deber doce 1(2) ya transcrito, estamos hablando de control social. El control que las personas que como asociados del conjunto general tienen. Es el ejercicio ciudadano de la conjugación de un deber y un derecho que poseen todas las personas, ya sea de manera individual o en conjunto, para supervisar y examinar la administración pública con el propósito de respaldar el cumplimiento de los objetivos del Estado, fomentar y alcanzar la materialización de los derechos y promover la consolidación de la democracia y la gobernabilidad.
Todo lo anterior implica por un lado, reconocer la importancia de que el propio Estado en combinación con los demás ciudadanos que estén en condición de hacerlo; faciliten mecanismos que habiliten a los asociados colectiva o individualmente, reiteramos, a participar en la toma de decisiones en beneficio de sus comunidades, permitiéndoles así adquirir un mayor control sobre los asuntos gubernamentales.
Y por el otro, concienciar a los individuos y a la colectividad que conforman para que estén vigilantes en todo el proceso de selección de candidatos a puesto electivos, o las acciones de manipulación o compra de conciencias de estos, o por parte de estos, a los más vulnerables intelectual y/o socialmente con la compra de sus votos, al traficar con sus necesidades, pues, de permitirse esto, como de hecho ha sucedido “ a lo largo y ancho de nuestra historia” la democracia pierde valor, pues los resultados no serían legítimo aunque se perciban como legales
Democracia se traduce como gobierno del pueblo, sin embargo, no es el pueblo en conjunto quien elige sus representantes, sino un conjunto de “ciudadanos” habilitados, por la edad o por su status o condición (se excluyen militares, policías, condenados, menores de edad). La universalidad de los convocados a la asamblea son los civiles mayores de 18 años, que se puedan trasladarse a los colegios habilitados, o sea una tercera parte de la población y si de esa tercera parte, más de la mitad es manipulable o manejable, estamos coligiendo entonces, que sólo una sexta parte de la población es la que realmente es tomada en cuenta para elegir los representantes del pueblo en el ejercicio delegado de su poder. O sea, que este grupo de ciudadanos privilegiados se constituye en el “soberano”. Para elegir a los representantes de todos.
Es ahí en donde cobra mayor trascendencia el deber número doce (12) que hoy tratamos que, aunque esta situación está expresada sólo como un deber, es también un derecho fundamental tan válido como cualquier otro o cuidado; es así, porque los derechos sólo son enunciativos. Se constituye nuevos perfectamente derivados de la importancia y trascendencia del bien tutelado y su legitimidad viene bajo la protección de lo dispuesto por el principio constitucional número uno (1) que establece que los derechos fundamentales no tienen carácter limitativo y, por consiguiente, no excluyen otros derechos y garantías de igual naturaleza.
Asi que en tus manos está la magia para que tengamos una democracia de creciente calidad, Es un derecho y tu deber.
Nos volveremos a ver en el camino. Hasta la próxima.Bendiciones…
Dario Nin