Persona y Actitud :Tus principios éticos son irrenunciables.

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Tus principios éticos son irrenunciables.

Considero que la siguiente anécdota puede arrojar alguna lección:

Lo de acontinuacion es un fragmento del libro “Persona y Actitud” de la autoría del Dr.Darío Nin

Tengo un cliente que lleva más de veinte años conmigo, sin embargo, ese cliente no llegó a mí como cliente.  Llegó como parte deudora de un cliente y yo como abogado de éste que estaba llamado a cobrarle.

En una época, me desempeñé como abogado de una empresa que importaba muebles y los distribuía  al por mayor  a tiendas de ventas de muebles y otros artículos.

 Como encargado legal de esta empresa , me reportan que esta empresa o persona, mantenía un atraso considerable en su pagos que no había manera que honrara estos, pues, siempre prometía los mismos y cuando enviaban al representanter éste regresaba con una excusa de su parte.

En mi ejercicio profesional, tenía como costumbre (siempre y cuando lo considerara prudente) el visitar personalmente a la persona  a demandar o invitarlo a que me visite.

  En esta ocasión le visité  yo,  y en reunión con ella le pregunté si podía explicarme las razones que le impedían honrare sus pagos.

Cuando obtuve respuesta justificativa de sus atrasos, entonces le sugerí que  me indicara en qué tiempo entendía que podía ponerse al día para evitar llegar a los tribunales.

 En el caso que le narro, la armonía, la buena fe,  la buena disposición estaba en ambas partes.   No habíamos conciliado aún el monto de la deuda, pero sí el plazo que ella necesitaba para ponerse al día.

Debebo acotejar aquí, que otra de mis costumbre era otorgar un plazo mayor al que me solicitara la contraparte, si me  pedía por ejemplo cinco meses, yo solía decirle toma siete, para que no vayas muy forzado y puedas cumplirme.

Pero, al mismo tiempo media su buena fe y me aseguraba, cambiando el pagaré o la factura simple, por un  acto notarial auténtico que me evitaba ir a los tribunales  a litigar o ejecutar la  la deuda con el primer atraso., pues con el pagaré la ejecución está asegurada en caso de que la práctica de no pagar se repitiera, pues,este instrumento, es un acto auténtico con fuerza de ejecución en sí mismo, como lo es  una sentencia. y como ya le comuniqué la fuerza ejecutoria se obtiene desde el primer atraso posterior a la firma de éste.

 Todo lo expuesto se consensuó sin problemas, el problema vino al yo decirle cual era el monto que se me había suministrado como deuda de su parte.

Existia una diferencia abismal entre el monto que se me había suministrado y el que ella registraba.

Cuando conciliamos los recibos de pago, noto, que hay recibos que no corresponden al talonario de la empresa, sino a talonarios genéricos.

Pregunto las razones de esos recibos y me dice que el repreesentante de nuestra emporesa  alegaba que se le habían agotado  u olvidado los de la empresa y después se hizo costumbre aceptárselo así.

Existe un principio jurídico que reza que quien paga mal. paga dos veces. ¿Y entonces…?

Al comparar las firmas no me quedó la menor duda de que se trataba de la firma del representante de la empresa; entonces, surge una disyuntiva:  o rechazo el pago que ella no puede probar porque no hay vínculos con la empresa,   o  lo acepto, aunque el dinero no haya llegado a la empresa.

¿Qué hubierse hecho usted? Una pregunta retórica.

Bueno…, yo suspendí las negociaciones hasta tener una reunión con la gerencia de la empresa que representaba. Mi sugerencia a estos fue reconocer los pagos y accionar por abuso de confianza contra el representante y asi se hizo.

Al ver mi acción, la deudora me manifestó que le interesaba que yo le sirviera también  a ella de abogado. Claro, no podía aceptar esa oferta, pues era mi deudora y la ética me lo impedía, pero le aseguré que una vez terminara de pagar la deuda que mantenía con mi cliente, sopesaría la posibilidad.

Mi cliente original hoy no existe, la ex deudora todavía sí. mientras tenía la facultad de ejercer como abogado, la representé en varios casos tanto personales como empresariales y se ha mantenido conmigo por más de veinte años. En tiempos como los presentes donde no hay etica en muchas trasacciones comerciales este accionar no cabe, pues el dienero es el máximo común denominador , pero sigo pensando que no estamos llamados a ser selva y  que tus principios son irrenunciables.

Nos volveremos a ver en el camino. Hasta la próxima . Bendiciones…

 

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