Home
OPINION Confieso ser amigo de Porfirio Peralta y sentirme orgulloso de eso.
Confieso ser amigo de Porfirio Peralta y sentirme orgulloso de eso.
Por Darío Nin
En mi vida he conocido pocas personas con la integridad de Porfirio Peralta; como persona, como esposo y como padre, como ciudadano es un ejemplo digno de imitar.
Como cristiano católico, marca la diferencia con aquellos que dicen serlo, pues es un cristiano cuya convicción, fe y entrega, no dista del humano que más entrega tenga hacia el Cristo que profesa y sigue.
Pero no soy de los amigos de juntarse en su casa o en otras actividades, soy de los amigos de poco tiempo de convivencia: en un pasadía familiar, en una reunión del grupo a que pertenecemos, o el de seminario que él organiza, un encuentro para hacerte crecer como persona o como cristiano.
Conozco al Porfirio que te dedica un minuto para escuchar o hablarte, pero que no necesita más porque ese tiempo dedicado es de calidad.
Porfirio Peralta, recientemente ha sido destituido de sus funciones en la administración publica. Por lo que sé, ha sido por haber organizado una rifa para recaudar fondos para la causa de su partido. Quizas por lo transparente que es, lo hizo de frente, dando la cara en vez de buscar a un tercero y atizonar por debajo. Pero ese es Porfirio.
Eso no está bien. ¡claro que no!, pero apuesto que él entendió que eso no era incompatible con su desempeño. No lo justifico, pero estoy seguro que así lo vio él.
Si la destitución fue el precio que tuvo que pagar estoy seguro que Porfirio lo acepta como el costo de una lección aprendida causada por un error de apreciación nunca por un dolo.
Doña Santa Peralta de Peralta, usted y su familia, más la legión de amigos que tiene Porfirio, sabemos a quién tenemos. Le aseguro que ningún viento puede tumbar la robustez del tronco de madera noble que constituye su esposo y nuestro amigo Porfirio Peralta, que hoy públicamente confieso ser su amigo y sentirme orgulloso de eso.
Esta amistad, la mia y la de tus amigos, es tan firme como el corazón de la más noble madera y que el bautizara como “hueso de madera” después del sueño aquel.
¡No importa lo que las voces alegres y muchas veces injuriosas y difamatorias digan! Pues ellos jamás sabrán quien eres, a nosotros no nos queda ninguna duda.
Lo que eres habla tan fuerte de ti, que no permitirá que se escuche lo que en estas circunstancias los ya mencionados digan, Dios y tu conciencia serán tus más files testigos. ¡Adelante hermano como hasta ahora, tu frente mirando al firme horizonte.
Dario Nin