“Te comprendo…”: Autocontrol y Empatía

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“Te comprendo…”: Autocontrol y Empatía

Por Darío Nin

Murcia 3 de marzo 2024

“Te comprendo…”  Esa expresión la escuché  por primera vez, debe hacer  más de veinte años, de boca del comunicador dominicano, Yaqui Núñez del Risco.  Él reportaba que a su vez la había escuchado de alguien más y le impactó.

“Te comprendo…” es mucho más que una frase compuesta por tres palabras. Lleva un mensaje del tamaño de lo que el receptor se imagine.

Te comprendo podría ser interpretada dependiendo del contexto.  En un ambiente de falta, serviría de consuelo hacia quien brinda la excusa.

Trae paz, pero también puede traer desasosiego poner ascuas en la cabeza del receptor que es el emisor del mensaje inicial

En psicología se emplea la  expresión: “Romper el encuadre”. Se rompe el encuadre cuando tú no  reaccionas conforme a lo que el otro espera de ti.

Al romper el encuadre se interrumpe el círculo de la violencia de un lado o del otro o la respuesta de la indiferencia, por pre adivinar el mensaje o la reacción de una acción.

Arriba manifesté que la simple expresión “te comprendo…” puede traer paz, pero puede traer desasosiego e incertidumbre dependiendo del contexto en donde sea expresa.

Cuando alguien te insulta, las más de las veces por su petulancia, salvo que te vea en una posición  de desnivel social y no  considere la posibilidad que de ti venga un ponerlo en su puesto. Nunca esperaría más que una respuesta de sumisión, un bajar la cabeza y un sí, señor, …

Sucede todo lo contrario cuando  frente a una andanada de insultos,  el receptor de estos aun, pudiendo devolver los agravios con iguales, o aún, más fuerte, se limita a decir un “te comprendo…”

¿Cómo…; no me va a responder como estoy esperando, para devolverle a mi vez  con esto otro y terminar de rellenarlo?” Podría ser su pensamiento.

Así es. Lo dejas esperando y con su escopeta cargada. Porque el “Te comprendo…”  única y exclusivamente, sin más explicación; lo ha dejado en incertidumbre, ha puesto ascuas en su cabeza. Quizás atine a responderte con la pregunta: ¿Como que me comprendes? ¿qué quieres decir? Y  sólo recibirá un: Te comprendo, te dije…

Termina así la discusión y el recibir insultos. Acabas de romper el eslabón de la cadena de agresiones y violencia verbal.

Ese, “te comprendo…”  tendrá la connotación que le atribuya el otro. Para ti es una respuesta de un alto significado.

Por ejemplo, ese te comprendo, conlleva, implícita, un mensaje como éste: Si tu no fuera la persona con la poca capacidad de empatía, con el pírrico grado de inteligencia emocional que tienes, con la  poca formación que has recibido, sin no fueras quien eres y  dónde vienes. O si  tuvieres el conocimiento adecuado, no me hablarías de ese modo, pero, como nadie da lo que no tiene. Te comprendo. Y se que no vale la pena entrar en discusión contigo.

Todo eso, lleva encerrado un “te comprendo” sin más explicación. Claro para tú externarlo y quedar satisfecho, debes tener dominado dos habilidades sociales fundamentales: autocontrol y empatía.

Todos los caminos conducen a que pongas en su lugar a este petulante, engreído, pero sabiendo que esto sólo sería un eslabón que va a alimentar una cadena, una retahíla de cosas que al final no aportará nada bueno, te abstiene de decirlo en los término que el otro espera y que comúnmente tú echarías mano,

Cuando así como lo expresado pienses y actúes, estás en autocontrol y si a esto,  le agregas el ponerte en la posición del otro, para justificar su actuación estas en ese mismo  instante practicando la empatía.

De ahí que el auto control y la empatía son habilidades que te llevaran   a dominar cual un artista las relaciones interpersonales  sobre todo cuando vienen cargadas de violencia de parte del yo primitivo de tu emisor, o del tuyo cuando te toca el papel en cualquiera de los dos extremos.

Nos volveremos a ver en el camino. Hasta la próxima. Que Dios nos continúe bendiciendo…

Murcia. 3 de  abril 2024 Dan/Sfd

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