Fábula El bosque y el río

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Fábula El bosque y el río

Por Jenny Matos

En una región boscosa habitaba un río de rápidas corrientes, de cuyos arboles sus raíces se alimentaban de él. Los arboles se erguían en lo alto, mirando hacia el cielo, envueltos en una densa nublazón, producto de la espesura selvática que se gestaba.

El río se carcajeó burlonamente, provocando que el árbol más próximo se doblara a ver hacia abajo. Notó que el río le dio una miraba inquisidora y desafiante en aras de discutir, a qué venían esos pleitos sin sentido, ya que no dejaba de silbar y chapotearse para mojar las raíces sin que nadie se lo pidiese, llamando la atención. El árbol le preguntó:
—¿Qué te pasa charco de agua? Estás muy fastidioso hoy.

—¿Cómo que qué me pasa? Estoy a espera que me des las gracias, ustedes vienen a mí por alimento, son una bola de palos secos sin mí. Deberían adorarme y alzarme como su dios todo poderoso, ¿no crees?

—Ja, ja, ja, ja, ja—. Que ridículo eres charquito de agua. Déjame contarte una historia que al parecer no sabías.

Toda esa agua que recibes días tras días, la generamos nosotros. Miramos hacia arriba buscando la provisión que viene del cielo y ha sido de Dios anhelo escuchar las oraciones. Producto de nuestros ruegos baja esa agua que llevas.

Sin nosotros arroyo, estarás más seco que un desierto. Así que ten por cierto, que nosotros hacemos el trabajo para que tú tengas la fama y la gloria que portas. ¡Aquí nadie te debe nada!

El río avergonzado, esbozó una sonrisita de vergüenza y rociando suavemente las faldas de los arboles más próximos, volvió a hablarle a árbol, diciendo:

—Sigan, sigan, chicos y cuando gusten vengan a tomarse un traguito—. Para ustedes siempre tendré agüita fresca.

Moraleja: Nadie es nadie por sus propios medios. Alguien nos ayudó, de una u otra forma, fueron parte de éxito de algunos. Aquellos que le damos a alguien, en ocasiones son migajas de lo que tanto nos dieron. Por ejemplo: Nuestras padres nos dieron la vida, así, que aunque no nos dieron riquezas, debemos darle mejor vida en su vejez. Recordemos, ellos siempre ruegan a Dios, para que nos vaya bien. La vida es ciclo, sin plantas los ríos se secan, sin agua se secan las plantas. Dios creó en la naturaleza un sistema de cooperación.

Jm/Sfd

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