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Por Darío Nin

Al pensar en el mes de  diciembre muy probablemente la mayoría de los dominicanos pensamos en fiestas, comilonas y bebentinas, otros en  villancicos y merengues pimentosos, un “Volvió Juanita”, “el venao”,” un viejo con caja de diente” y los de la primera etapa en las “Zarándelas y el lechón asao”, los de los ochenta en las jumas del Conjunto Quisqueya  con el limón a partir  o pensamos  en ropas nuevas, guirnaldas, arbolitos, luces y bombillitos, vinos y panetones. La cena del 24 y el calentao del 25.

Pocos lo asociaran como un mes  en donde la Patria fue agredida y se apuntaló la nacionalidad. Pocos saben o recuerdan  en lo aprendido, que en ese mes y en un mismo día, los dominicanos y los comprometidos con legarnos esta nacionalidad tuvieron que pagar  sudor, sangre y lágrimas por ella para dejarla como herencia para nosotros como bien tangible e intangible  y por la que no pagamos los herederos ningún tipo de sacrificio.

Pues…, le cuento que diciembre es un mes de arrojo y disposición patriótica, porque en este mes en  el año  1855 , recibimos unas nueva embestida de los renuentes haitianos, en dos lugares al mismo tiempo.

El 22 de diciembre   del año indicado, con arrojo y determinación  se conjugo en combate en la denominada Sabana de Santomé en la hoy provincia de San Juan, la batalla de Santomé  en donde cientos de dominicanos con el General   José María Cabral Luna en su dirección, combatió hasta salir victorioso al contingente haitiano que volvía a conspirar contra  la nación y su estado nacido unos once años y ocho meses  antes.

No olvidemos a este sancristobalense quien precisamente naciere en el mes de diciembre (12 de diciembre 1819), tenía 36 años recién cumplido el día en que dirigió ese combate.

Pero no solo en Santomé hubo apuesta en el campo de batalla de sudor sangre y lágrima, sino que también lo hubo en el lugar que hoy se conoce como Galván para entonces Cambronal, otro encuentro armado y donde la solidaridad  del venezolano Francisco Sosa con un estimado de 400 hombres pasa a la acción colocándose al frente para enfrentar  y derrotar  al general Pierre Rivere Garat, el duque de Leogane, a quien se le estimó un ejército de 6000 hombres.

Así que sin perder la alegría que te trae el “ya se siente la brisa” que se escucha en el mes de diciembre de cada año, también debemos recordar la acción de esos héroes  valerosos, responsables de que hoy te sigas llamando dominicano.

Nos volveremos a ver en el camino. Hasta la próxima. Que Dios nos continúe bendiciendo.

 

DANSFD14122024SRLV

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