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Contigo Darío Nin
En la interacción con otros, la prudencia también es generadora de confianza y respeto. La persona prudente, al saber cuándo hablar, cuándo callar y cuándo intervenir, se gana la admiración de los demás. Su capacidad para tomar decisiones justas, basadas en el análisis y la reflexión, inspira seguridad en quienes la rodean.
Este reconocimiento no solo mejora la calidad de las relaciones interpersonales, sino que fortalece el entorno social y, por ende, el bienestar colectivo.
Nos volveremos a ver en el camino , Hasta la próxima . ¡ Que Dios nos continue bendiciendo.