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Oratoria y Liderazgo
En el evangelio de Juan capítulo 1 versículo 1, encontramos la afirmación siguiente: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” y nos dice el versículo 14 Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad..
El verbo antecedió a la carne, al cuerpo físico, el poder de la palabra antecede toda otra realidad material y en la realidad material, solo la idea y el pensamiento critico debe anteceder la palabra, cuando la palabra es articulada utilizando los instrumentos naturales de la fonía, se convierte en voz, voz que tiene como destino a un receptor que ha de procesarla para entenderla y actuar en consecuencia.
Así como el café transforma la naturaleza del agua, la lengua transforma la esencia de la palabra y la convierte en dulce o amarga, en bendición o maldición, en conflicto o resolución, en educación liberadora o sumisión esclavizadora.
Aquí, me tomo la libertad de recrear una fábula con mas de 600 años, anterior a la división del tiempo en el antes y el después… el gran DC
La fábula enunciada la han llamado por milenios como “La lengua y sus dos uso”
Se atribuye a Esopo, de quien se dice que fue un esclavo sabio, y según la misma fábula en la versión que recreo, éste recibió el en encargo de parte de su amo, de ir a comprar al mercado lo mejor que encontrara para agasajar con una gran cena a unos invitados importantes.
El esclavo regresó del mercado cargado de lenguas y las preparó de varias formas deliciosas. Los invitados comieron satisfechos, sorprendidos por lo sabroso de la comida.
Cuando quedaron a solas, el amo le preguntó al esclavo qué, que fue aquello tan delicioso. Y el respondió:
“fue lengua mi amo:—Me pediste lo mejor, y eso es lo que traje: lengua. La lengua es el fundamento de la filosofía y las ciencias, el órgano de la verdad y la razón. Con la lengua se instruye, se construyen ciudades y civilizaciones. Con la lengua se persuade, se dialoga, se canta, se ora y se expresa el amor y la paz. Y…, bien condimentada hoy, ha sido una comida elogiada por todos. ¿Qué puede haber mejor que la lengua entonces?
Nos cuenta la misma fábula, que pocos días después, el amo, le dio otro encargo a su esclavo, esta vez con el fin de desagradar a unos visitantes no deseados. Quería darles una comida desagradable para expresar su disgusto. Y le encargo esta vez que trajera lo peor que encontrase en el mercado.
El esclavo , una vez más, fue al mercado y regresó con lengua, pero esta vez la preparó de manera tan desagradable que los comensales no pudieron soportarla. Al terminar; el amo le preguntó: ¿Qué fue lo que trajiste esta vez? Y él respondió: Lenguas señor, de las mismas que traje los otros días, esas que fueron lo mejor según tu sabia opinión, son también lo peor, porque…, la lengua es la madre de todos los pleitos, discusiones, mentiras y calumnias. Con la lengua se insulta, se rompen amistades, se destruyen reputación y buenos nombres y se desatan guerras. Es el órgano de la blasfemia y la impiedad. No hay nada peor que la lengua.
Al comparar las dos situaciones colegimos que dependiendo de su uso, la lengua puede ser el fundamento de la sabiduría y la civilización, o bien, la causa de la discordia y el caos. Las palabras tienen un poder enorme, y debemos ser conscientes de cómo las usamos.
Quienes a través de la historia y su devenir ha utilizado la palabra, el lenguaje de manera brillante, con elocuencia y gran poder persuasivo, se le bautizado como “pico de oro” que es, una metáfora que destaca la capacidad de un orador para usar de manera efectiva y convincente, el lenguaje. Digno son cita:
Demóstenes (384 a.C. – 322 a.C.): Considerado uno de los más grandes oradores de la Antigua Grecia. Se le atribuye la habilidad de persuadir y conmover a las masas con sus discursos, especialmente en sus famosas “Filípicas” contra el rey Filipo II de Macedonia. Su oratoria fue tan influyente que llegó a ser comparado con un orador de “pico de oro”.
Cicerón (106 a.C. – 43 a.C.): Este filósofo, político y orador romano es otro de los grandes oradores de la historia. Su elocuencia, tanto en los tribunales como en el Senado, fue tan sobresaliente que llegó a ser admirado por generaciones posteriores. Sus discursos fueron considerados como ejemplos perfectos de la oratoria clásica.
En la lista se sitúa a Pericles (495 a.C. – 429 a.C.): Líder de Atenas durante su “edad de oro”. Pericles, fue conocido por su habilidad oratoria, que utilizaba para influir y movilizar a la ciudadanía ateniense. Su famoso discurso fúnebre, fue motivo de una gran ponderación, con en el cual elogia a los caídos en la guerra del Peloponeso. Con posterioridad han sido comparado con ellos oradores como:
Abraham Lincoln (1809 – 1865): El presidente de los Estados Unidos durante la Guerra Civil Americana es conocido por su poderosa oratoria, con discursos como el de Gettysburg, que perduran en la memoria histórica como ejemplos de oratoria emotiva y efectiva.
Winston Churchill (1874 – 1965): Durante la Segunda Guerra Mundial, Churchill fue célebre por sus discursos motivadores y por su capacidad de levantar el ánimo de la población británica con su oratoria persuasiva,
Martín Luther King Jr. (1929 – 1968): Líder del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos, es famoso por su discurso “I Have a Dream”, que es considerado uno de los discursos más elocuentes y poderosos de la historia. Su habilidad para inspirar y movilizar con sus palabras le otorgan este calificativo.
Estos oradores se destacaron por su habilidad para utilizar el lenguaje de manera efectiva, combinando persuasión, emoción y claridad, lo que les permitió influir en las decisiones de grandes multitudes y cambiar el curso de la historia. Y no me meto con los locales, para no despertar pasiones probablemente dormidas, no muertas, que todavía podrían subsistir entre los presentes.
Hoy la oratoria brilla, pero por su ausencia. Es una época en donde hasta la esencia del lenguaje peligra por el uso corrompido que se difunde a velocidad cuántica.
“Los de apiés” , los de la grada, queremos ser encantados, hipnotizados por un discurso bello y significativo; que luego, pasada la retórica, se haga carne, se haga realidad, de tal manera que lo hagamos ; que nuestros hechos no contradiga efectivamente lo que hemos dicho, nuestros decires y la palabra vuelvan a recobrar las cualidades del diamante, fuerte, brillante, transparente valiosa. Que cobre vida la expresión soy un hombre de palabra y aquí agrego, que asi sea, tanto por la calidad y la eficacia.
Insto a los que han tenido la suerte de convencer a las masas con gráficos celosamente guardados en bóvedas blindadas , a que ensayen convencerlos con la palabra cargada de las cualidades descritas. Que no nos dejen a nosotros los representados, con la amarga sensación de la frustración y el desencanto. les pido el ultimo permiso de esta tanda, para reproducir un articulo que hizo que me pidieran cambiar el tema que tenia original que era “Los comunicadores sociales y su poder de consolidar la nacionalidad dominicana” . Comparto justo ahora dicho articulo: ”
En el liderazgo, la capacidad de comunicación es fundamental. La oratoria, como herramienta poderosa de expresión, no solo permite transmitir mensajes claros y precisos, sino que también proyecta seguridad, confianza y preparación. Sin embargo, hemos visto cómo personas en posiciones de alto poder social y político, a pesar de su preparación teórica, caen en la trampa de una oratoria deficiente.
Un discurso mal articulado, con fallas en la dicción, entonación o estructura, no solo pierde fuerza, sino que transmite una sensación de inseguridad que puede cuestionar la autoridad y el liderazgo de quien lo pronuncia.
Las personas que escuchan a estos líderes con expectativas de fortaleza y claridad, muchas veces se sienten decepcionadas cuando lo que reciben es una comunicación vacía, sin sustancia ni coherencia. Un discurso falto de preparación puede hacer que incluso las mejores ideas queden opacadas, al no lograr el impacto esperado.
La oratoria no es solo una habilidad técnica, es también una herramienta estratégica que construye la imagen de un líder ante su audiencia.
Es imprescindible comprender, que una buena oratoria no se limita a la habilidad de hablar en público, sino a la capacidad de conectar con los demás a través de un discurso bien estructurado y cargado de contenido significativo. La dicción, la lectura en voz alta y la entonación adecuada son factores esenciales para que el mensaje llegue con claridad
Un líder debe saber cómo modular su voz, dónde hacer pausas, cómo enfatizar lo más importante y cómo sostener el ritmo del discurso para mantener la atención de su audiencia.
La preparación en este aspecto no debe tomarse a la ligera. No basta con poseer un gran conocimiento de los temas; un buen líder debe ser capaz de transmitir ese conocimiento de manera efectiva.
La oratoria requiere práctica, dedicación y, en muchos casos, el asesoramiento de expertos. No se debe escatimar en esfuerzos ni recursos para dominar esta habilidad. La solidez de un líder, su capacidad para inspirar confianza y respeto depende en gran medida de cómo comunica sus ideas.
Por lo tanto, hago un llamado a quienes ocupan cargos de liderazgo: no subestimen la importancia de una oratoria adecuada. La forma en que se expresan puede marcar la diferencia entre el respeto genuino y la duda sobre su capacidad.
El poder de un buen discurso radica en su capacidad para conectar, motivar y, sobre todo, transmitir la certeza de que el líder está preparado para afrontar los retos que se le presentan. La oratoria es la herramienta que transforma el conocimiento en acción, y, por ende, en confianza colectiva.
Hoy a ustedes que se han gastado estos momentos escuchándome, les digo que: nos volveremos a ver en el camino, que Dios nos continue bendiciendo y que no olviden jamás, “que no solo de pan vivirá el hombre ,sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, Hasta la próxima y que Él nos continúe bendiciendo.
Dan