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Cuando me encuentres llévame contigo, pero déjame para otros…

Esta imagen recuerda la puesta en circulación

En la fecha en que escribo el presente contenido, me encuentro en la ciudad de México DF, casi de regreso a mi natal República Dominicana. Esta es la Segunda vez que visito a México, pero esta vez, vine sin planificarlo. Mi hijo que es  médico cursa de forma virtual en parte, una subespecialidad de su especialidad médica (otorrino) en Venezuela, pero por situaciones política que uno prefiere no entender, decisiones de a quienes les dimo mandato, nos hacen la vida difícil y este podría ser un caso, pues por esas decisiones ,la embajada en Nuestro país, de un país  siempre hermano (Venezuela ) cerró sus puerta, por lo que teniendo la necesidad de viajar a Venezuela, ha tenido que venir a México, para que la Embajada de Venezuela aquí en México le otorgue el visado correspondiente y éste pueda ingresar a territorio venezolano.

Frente a esta situación es que mi hijo tiene la imperiosa necesidad de viajar de forma efímera  (sólo por tres días) a la ciudad de México y me pidió que le acompañara, lo que no pensé dos veces, pues ver y compartir con éste en mi país, se ha tornado difícil, por las múltiples ocupaciones que el desarrollo pleno de su especialidad le demanda allí..

De mi libro “Gradúate de Persona” he traído algunos ejemplares para regalarlos a amigos y conocidos aquí en México.

En el día de ayer 30 de abril, mi hijo pudo resolver la situación que  nos trajo a México. Lo que sucedió de forma rápida y sencilla , y con el tiempo extra en el día de ayer  lo invertimos en una experiencia maravillosa  de manos del doctor  René Narváez Lozada (La voz de México), quien  dedicó su valioso tiempo para que disfrutemos de la naturaleza  mágica de los bosques, cercano a la ciudad,  específicamente   a los que inexplicablemente llaman  “Parque Nacional Desierto de los Leones”, y digo inexplicablemente porque este lugar está a trescientos  cincuenta y nueve grado y nueve  segundo de ser un   desierto pues la vegetación de allí es extraordinaria y aunque tienes lobos, coyotes, linces y otros animales de fauna indómita , no hay leones, según me han contado y deduzco.

Pero volviendo a los libros  y consumado el propósito de su traída, al reempacar para el regreso,  noto dos ejemplares rezagados   a los que no quiero otorgar visa de regreso a RD, por lo que se me ha ocurrido “buscarle oficio aquí” ¡y…, mire, se lo encontré!

Dejaré uno en el lobby  del hotel en donde nos hospedamos para que sea leído o por lo menos hojeado por quien allí pueda pernotar mientras espera,  el otro en  algún lugar de aeropuerto o un  restaurant.

Sí, dejaré estos  en algún lugar de México y otros que tengo allá correrán la misma suerte en otros lugares.  Con  esto dejaré la inquietud   en quien lo vea y lea  o hojeé. Con la advertencia manuscrita de que “Cuando me encuentres llévame contigo, pero déjame para otros. o sea, léeme aquí, pero no me desplaces para que otros me puedan leer.

Nos volveremos a ver en el camino. Hasta la próxima. ¡Que Dios nos continúe bendiciendo!

DAN SFD M.DC 0105 2025

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