Comentario al Evangelio de la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Mateo 16,13-19.

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Por Joaquín Núñez

Muchos años hemos predicado sobre este texto de San Mateo. La primera lectura nos presenta una imagen de la Iglesia primitiva y el carisma de Pedro, y como el Señor encuentra una buena persona, o un cristiano, en las manos de Dios, que salva a Pedro de las manos de Herodes, y como ya en la calle piensa que Dios providente lo ha liberado de las manos de su enemigo y de la burla de los judíos. Eso lo sabemos de memoria.

En Roma está fiesta la he celebrado muchos años y allí se celebra con gran alegría, como si fuera el día del Papa encarnada en su sucesor.

El Papa León XIV, como buen agustino, leerá la homilía a la luz del sermón 295 de san Agustín, “la pasión de los muy bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo ha hecho sagrado este día para nosotros. No estamos hablando de mártires desconocidos. Por toda la tierra salió su sonido y sus palabras llegaron hasta los confines del orbe de la tierra”. Lo más importante es el subrayado “que vieron lo que anunciaron”.

San Agustín distingue la vida de uno y otro apóstol: al hablar de Pedro analiza “tú eres Pedro y sobre esta Piedra edificare mi Iglesia”, dándole el poder de las llaves; la misión de la Iglesia es el atar, y es desatar. A la Iglesia le queda como misión el tender puentes, como le hemos oído al Papa León en tantas alocuciones.

Estamos a caballo entre el trescientos y el cuatrocientos, la Iglesia sale de un tiempo de persecución, pero esa libertad guarda en su médula un desarrollo de las más absurdas herejías. San Agustín participó en las más razonables, por eso se empeña en afirmar: “una grey con un solo Pastor”.

Nos encontramos hoy con una situación similar. Toda herejía es un arrancar del tronco de la fe una rama, un sarmiento de la Vid que es Jesús. Por ello hemos de ver, cómo dice Jesús (Juan 15:5), que para dar fruto hemos de estar unidos a la Cepa. Tenemos grupos que corren muchos y otros anclados en tradiciones estéticas o con mayor misterio teatral, carentes de toda trascendencia. No podemos ser víctimas ni de unos ni de otros, en todo caso, nunca de un tradicionalismo estético. Lo más importante es la obra de teatro y no los decorados. Jesús hablaba en arameo y sin embargo, los Evangelistas lo escribieron en griego.

Saulo es un converso de quien conocemos toda su vida. Su mayor enseñanza de vida es ir enamorándose de Jesús. Lo más importante es su enseñanza sobre quien es Jesús: (Fil. 3, 8-14)”…todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él…” . San Agustín termina su sermón: “Celebremos este día de fiesta, hecho sagrado para nosotros por la sangre de los apóstoles. Amemos su fe, su vida, sus fatigas, su pasión, su confesión, su predicación. Les dio la fuerza quien dijo…..” “Sin mí no podéis hacer nada”. Con estas palabras concluye su sermón San Agustín. Ojalá cada uno de sus sarmientos demos mucho frutó cogidos a la Vid.

Que Los Santos Apóstoles nos bendigan.
El Prior de la Sangre.

JNSFDM26062025

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